El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que puede causar pérdida progresiva de la visión si no se detecta a tiempo. Considerada la segunda causa de ceguera en el mundo y la primera irreversible, esta patología avanza de forma silenciosa, afectando la visión periférica antes de comprometer la visión central. En una ediciòn de «Mèdico en Casa», el Dr. Víctor Elías Alva Dávalos dio a conocer sus síntomas, factores de riesgo y métodos de prevención es fundamental para evitar daños permanentes en la salud visual.
¿Qué es el glaucoma y por qué es peligroso?
El glaucoma es una enfermedad que ocasiona un daño progresivo del nervio óptico, generalmente asociado a un aumento en la presión intraocular. Si no se trata oportunamente, puede generar ceguera irreversible. Según especialistas, la pérdida visual comienza por la visión periférica, lo que dificulta que el paciente note los primeros cambios.
Se trata de una condición silenciosa y de avance lento, lo que hace indispensable la detección temprana mediante exámenes oftalmológicos completos, que incluyen la medición de la presión ocular y la evaluación del fondo de ojo.
Tipos de glaucoma y factores de riesgo
Existen dos tipos principales:
- Glaucoma de ángulo abierto: Representa el 90% de los casos. Se desarrolla lentamente, suele comenzar a partir de los 35 o 40 años y puede tardar entre 10 y 15 años en generar daño significativo si no se detecta.
- Glaucoma de ángulo cerrado: Menos común, pero más agresivo. Puede causar pérdida visual en pocas horas o días, acompañado de síntomas como dolor intenso en el ojo, enrojecimiento y visión borrosa, constituyendo una emergencia oftalmológica.
Entre los principales factores de riesgo destacan:
- Antecedentes familiares de glaucoma.
- Edad mayor a 40 años.
- Presión intraocular elevada.
- Grosor anormal de la córnea.
- Problemas circulatorios que afecten la irrigación ocular.
Síntomas y diagnóstico del glaucoma
En sus etapas iniciales, el glaucoma no presenta síntomas evidentes, por lo que muchas personas desconocen que lo padecen. En fases avanzadas, se produce una pérdida progresiva de la visión periférica hasta comprometer la visión central.
La única manera de diagnosticar el glaucoma tempranamente es mediante una consulta oftalmológica que incluya:
- Medición de la presión intraocular (normal entre 10 y 20 mmHg).
- Evaluación del nervio óptico y el fondo de ojo.
- Exámenes complementarios como la paquimetría (medición del grosor corneal) y estudios de campo visual.
Es importante resaltar que entre el 2% y 5% de los pacientes pueden desarrollar glaucoma con presión ocular normal, por lo que el examen completo es fundamental.
Tratamiento y control del glaucoma
El glaucoma no tiene cura, pero se puede controlar para evitar la progresión del daño. El tratamiento incluye:
- Uso de colirios para reducir la presión ocular (como análogos de prostaglandinas).
- Procedimientos láser o cirugías, en casos donde el tratamiento médico no es suficiente.
El seguimiento debe ser permanente, con controles periódicos cada 3 a 6 meses, según la indicación del especialista.
Prevención: la clave está en el diagnóstico temprano
No existe una manera natural o casera de prevenir el glaucoma, ya que sus causas principales son hereditarias y anatómicas. Sin embargo, se recomienda:
- Evaluación oftalmológica anual a partir de los 35 años, especialmente si existen antecedentes familiares.
- Control de factores de riesgo como hipertensión ocular y enfermedades vasculares.