El hongo Fusarium Raza 4 Tropical ha contaminado más de 4700 hectáreas de banano orgánico en la región Piura, generando una reducción de la producción y poniendo en riesgo a miles de pequeños agricultores. Karlhos Quinde, gerente de proyectos de Cedepas Norte, explicó en diálogo con Impulso Norte los alcances de esta plaga y las medidas urgentes que el sector bananero demanda para enfrentar la crisis.
Expansión del Fusarium en Piura
Según Quinde, el primer foco de Fusarium R4T se detectó en abril de 2021. Desde entonces, la plaga ha avanzado principalmente en el valle del Chira, provocando una caída aproximada del 30% en la producción. Factores como la humedad, las bajas temperaturas y el sistema de riego por inundación han favorecido su propagación.
“Actualmente ya casi todo el valle del Chira tiene Fusarium. Obviamente hay sectores más afectados que otros, pero en la práctica esta dispersión ocurre en el marco de la pequeña agricultura familiar”, precisó.
Las zonas más afectadas son las provincias de Sullana, especialmente el Bajo Chira y sus márgenes, de donde proviene alrededor del 70% de la producción nacional de banano orgánico para exportación.
Impacto económico y social del Fusarium
El gerente de Cedepas recordó que en 2017 y 2018 el Perú lideró la exportación mundial de banano orgánico, alcanzando 170 millones de dólares. Actualmente, las exportaciones bordean los 105 a 110 millones, lo que representa una caída cercana al 30% en siete años.
“Estamos hablando de más de 10 mil familias que dependen directamente de este cultivo y alrededor de 55 mil familias de manera indirecta”, señaló. Según estimaciones, un productor que antes obtenía ingresos de 2500 a 3000 soles por hectárea ahora percibe entre 600 y 800 soles debido a la baja productividad, que cayó de 1200–1500 cajas por hectárea a unas 800.
Riesgo de expansión y medidas urgentes
El Fusarium ya se ha detectado en Tambogrande y en el Alto Piura, lo que genera preocupación por su posible expansión hacia otras regiones. Existen más de 150 mil hectáreas de musáceas en el país que podrían verse afectadas.
Ante ello, la Junta Nacional del Banano ha solicitado medidas inmediatas como financiamiento para protocolos de bioseguridad, estudios hidrogeológicos que mejoren el riego y fondos para transferencia tecnológica. También plantean la diversificación hacia cultivos como maracuyá, jengibre o frambuesa.
Investigación e innovación contra el Fusarium
Quinde explicó que Cedepas, en alianza con INIA y Senasa, viene desarrollando investigaciones en suelos supresivos y biocontroladores. Se trabaja en la producción de bioles mejorados, biochar y en la propagación de microorganismos como el Trichoderma, que encapsula y contiene el hongo.
“El pequeño productor necesita apoyo a todo nivel: capital de trabajo, medidas de bioseguridad y alternativas productivas. No podemos permitir que el modelo asociativo caiga”, enfatizó.