Eyvi Ágreda Marchena, la joven que fue quemada en un bus de transporte público, aún está en estado crítico. Hace tres días, fue sometida a su quinta intervención quirúrgica y se reveló que permanecerá inducida al sueño durante tres meses para evitar el dolor de sus quemaduras.
Según informó Cuarto Poder, Eyvi, como todos los pacientes quemados, muy graves, necesitan que su piel sea limpiada constantemente. Los médicos deben retirar la piel muerta, rasparla, hasta encontrar dermis sana.
Así se evitan las infecciones y, sobre todo, se alista el terreno para el injerto de piel de cerdo, el tejido de este animal sirve como una especie de gasa natural, una lámina que hidrata y protege al quemado sólo hasta que sus tejidos propios se repongan.
Para el injerto final, EsSalud y el Ministerio de Salud coordinarán para que la piel sana de Eyvi Agrega Marchena sea tratada por los especialistas del Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja, donde está el único banco de piel cultivada de Sudamérica.
Lo ideal es que la persona quemada en más del 50% del cuerpo no reciba piel de cerdo, sino piel humana para así cuidar sus heridas hasta llegar el injerto final, pero en el Perú no hay cultura de donación de piel.
Por ahora, Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja trabaja con la escasa piel humana que donan aquellas personas que son sometidas a una cirugía plástica.
La piel humana, a comparación de la piel de cerdo, se adhiere mejor y, para los especialistas, es un lujo que se podría convertir, a futuro, en un uso estándar de oro, sólo es cuestión de ser más solidarios.
¿Cómo se cultiva la piel humana?
Este proceso que comprende la participación de médicos, biólogos y cirujanos plásticos, se realiza retirando un pedazo de piel sana del paciente quemado para obtener las células que hay en esa dermis.
Estas células que se cultivan en una especie de plasma que imita la dermis y la epidermis, se reproducen hasta 5 mil veces su tamaño.Increíblemente, la piel cultivada se adhiere al paciente en cuatro días.
Con esta técnica de avanzada, el Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja ha salvado ya la vida de cuatro menores, quemados en más del 80% de su cuerpo. Eyvi Ágreda Marchena podrá cultivar su piel sana si logra ganar la batalla.
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