Desde hace varios años los especialistas advierten que no deben insertarse el hisopo en el canal auditivo para limpiar el oído; sin embargo, la mayoría de la gente ignora ese aviso y lo sigue realizando.

El hisopo es considerado como el principal accesorio para limpiar los oídos, pero su uso desmedido e inadecuado puede causar infecciones, perforar la membrana del tímpano y otros graves daños a los canales auditivos, advirtieron especialistas del Seguro Social de Salud (EsSalud) que recomendaron un mayor cuidado en la higiene de este importante sentido del ser humano.

Roger Rueda Zegarra, médico otorrinolaringólogo de la Red Prestacional Almenara, sostuvo que las personas; al momento de limpiarse el oído, inconscientemente introducen demasiado el hisopo al canal auditivo. Es así que empujan la cera o cerumen hacia el interior del oído y por efecto de esta presión se compacta- Ello, hace que el sonido se amortigüe, impida la normal evacuación del cerumen y esto a su vez genere problemas auditivos.

Uso de excesiva fuerza

Dijo que el uso del hisopo con excesiva fuerza, también puede generar lesiones graves al tímpano. Este daño solo puede ser tratado por el especialista a través de una cirugía denominada ‘timpanoplastia’ para reparar el daño a la membrana auditiva.

Acotó que otro error que cometen las personas es usar un gancho para el cabello, pinza, clip o la punta del lápiz para limpiarse el oído. Esto, constituye un riesgo, pues, indicó, puede generar una fuerte infección y provocar hasta una parálisis en el rostro.

Asimismo, el especialista señaló que los más vulnerables a estos daños son los niños. Debido a que no tienen la noción de la profundidad de este órgano y se limpian el oído sin las precauciones necesarias.

Infección de oído 

Anotó que la acumulación de cerumen hace difícil e imposible detectar una afección o infección del oído.

El experto explicó que si bien nuestro organismo tiene un mecanismo natural de auto higiene; el cual se encarga de liberar la cera o cerumen del oído de forma espontánea; existen otras alternativas para limpiar los canales auditivos.

Mencionó, por ejemplo, el uso de gotas especiales para eliminar el cerumen. También se puede hacer un lavado con jeringa o una microsucción, que se hace a través de un microscopio y un diminuto dispositivo que aspira el cerumen.

Enfatizó que la limpieza de la membrana timpánica debe ser realizada por un médico y en un consultorio, por ser este un procedimiento minucioso, difícil y a veces doloroso.