Ayer, la Comisión Permanente del Congreso aprobó una modificación a la ley de modalidades formativas (Ley N°28518) e implementó un régimen denominado “Experiencias formativas en situaciones reales de trabajo”.
Mediante esta, los jóvenes con estudios técnicos podrán trabajar hasta 20 horas semanales (4 horas diarias) para las empresas sin recibir un salario, a cambio de “complementar su formación teórica-práctica”. La misma ley advierte que esta modalidad no podrá excederse de un total de 448 horas distribuidas en un periodo máximo de 3 años.
Será revisada
La norma fue exceptuada de segunda votación por la misma Comisión y por tanto no volverá a ser revisada por el Parlamento. En tanto, diversos colectivos juveniles ya calificaron la norma como la “Ley del esclavo juvenil” y alistan una movilización para este viernes 23 a las 4 p.m. en la plaza San Martín.
Formación
Para la fujimorista Rosa Bartra, impulsora de la propuesta, la norma no establece una relación laboral, sino que se trata de una supervisión de la empresa a los jóvenes “en una situación real de trabajo”.
“No se trata de trabajo, sino de formación. Los chicos de los institutos necesitan aprender en un entorno en el cual van a desarrollar su trabajo. Los institutos carecen de infraestructura y equipamiento que les permita desarrollar habilidades. No es un contrato, sino un convenio”, justificó Bartra.
Explotación
Los parlamentarios de Nuevo Perú, Marisa Glave y Alberto Quintanilla, fueron los únicos que votaron en contra de esta norma. Para Glave, la misma es una ley discriminatoria y que promueve la explotación.
“Estamos garantizando la posibilidad de que durante tres años se genere una renta para una empresa, es un medio tiempo gratuito por tres años. Esa es la preocupación. Obviamente habrán algunos que utilizarán esto para tener fuerza laboral gratuita”, dijo durante el debate.
Retórica
El laboralista Enrique Fernández-Maldonado asegura que utilizar la palabra convenio para este vínculo contractual resulta ser un simple juego de palabras.
“(El convenio) es una retórica. Con el argumento de la experiencia laboral, las empresas pueden reducir sus costos de manera significativa. Ninguna norma laboral basada en la adquisición de la experiencia puede darse sin ningún costo. La ley de modalidades formativas establece un monto mínimo que le da cierto respaldo al trabajador preprofesional”, dijo.
Fuente: La República