El Papa Francisco elevó el domingo 20 a la categoría de santos a 14 figuras del catolicismo. Entre ellos, se encuentran 11 mártires asesinados en Siria en el siglo XIX. Este acto refleja la persecución que sufrieron los cristianos bajo el imperio otomano.
«Los inscribimos entre los santos y decretamos que se veneren como tales por toda la Iglesia», declaró el Pontífice durante la ceremonia.
La canonización, etapa final en el camino hacia la santidad en la Iglesia Católica, requiere cumplir tres condiciones: haber fallecido al menos hace cinco años, llevar una vida cristiana ejemplar y haber realizado al menos dos milagros.
Entre los nuevos santos destacan los 11 «mártires de Damasco». Ellos fueron asesinados en julio de 1860 en la capital siria durante el dominio otomano por un grupo de drusos musulmanes en un monasterio de un barrio cristiano. Según Vatican News, medio oficial del Vaticano, «su martirio se inscribe en un contexto de persecuciones organizadas por los musulmanes drusos en Líbano y Siria, durante los cuales miles de cristianos perdieron la vida».
A estos mártires, ocho de ellos franciscanos y tres laicos del rito maronita—los hermanos Massabki—, los beatificó en 1926 el Papa Pío XI.
Los otros canonizados son tres fundadores de comunidades religiosas: el misionero italiano Giuseppe Allamano (1851-1926), la religiosa italiana Elena Guerra (1835-1914) y la canadiense Marie-Léonie Paradis (1840-1912), fundadora de una congregación dedicada a la educación católica.
Además, el Papa Francisco anunció en mayo la canonización de Carlo Acutis, un adolescente italiano muy devoto y entusiasta de internet, cuya muerte por una leucemia fulminante en 2006 conmocionó al país. Aunque la fecha de esta ceremonia no está definida, ocurriría en 2025, año del Jubileo en Roma, donde se esperan más de 30 millones de peregrinos.