Pensaba llamar a este artículo “El Ladrón Oficial”. Sin embargo, decidí ponerle el que lleva. Diré que cuando tenía 11 años recuerdo cuando asume el poder Fernando Belaúnde el 28 de Julio de 1980. Veía con entusiasmo el inicio de su mandato. Al transcurrir su mandato no solo vi un presidente muy dubitativo, sino siempre con frases fuera de la realidad vivida. Con los meses empezaron a aparecer graves escándalos de corrupción. El caso Vollmer. Una operación de más de 75 millones de dólares de esa época. No hubo ni un denunciado. No pasó nada. El caso Guvarte. El contrato Guvarte, suscrito con España para construir varios modernos penales en el Perú, por un monto de 500 millones de dólares y la adquisición de 57 vehículos para la dirección de Establecimientos Penales, durante la gestión del ministro Enrique Elías Laroza del PPC. Luego el caso Mantaro y Pachitea. Que fue un negociado de más de 8 millones de dólares sobre naves que se compraron y nunca entraron en operatividad. El Caso Villa Coca. Estalla un laboratorio en el que luego hallan una Agenda que compromete a varios funcionarios del Gobierno de Belaúnde. Y así un rosario de casos que recuerdo. Me llamaba la atención que nadie, nadie comprometió directamente al presidente de la República. Nadie si quiera se atrevía a mencionarlo. A pesar que desde joven como acucioso lector encontraba ya algunas cosas. Por ejemplo, que Belaúnde estando casado con la señora Aubry ya tenía una relación clandestina con Violeta Correa. Y que cuando llega el Papa Juan Pablo II al Perú, nadie mencionaba nada del detalle que Belaúnde estaba divorciado.
Cuando empieza la campaña presidencial de 1985 me llamaba la atención como las encuestas de aquella época señalaban que habría segunda vuelta. Y que Alan García solo llegaba a 32%. Cuando Alan saca 54% me quedé perplejo. Luego al asumir el Poder Alan ya notaba desde el inicio cierta tendencia a faltarle el respeto al Presidente. O de exagerar las cosas cuando se trataba de él. Recuerdo como repitieron por varios días la idea de que Alan García no permitió que el Presidente del Congreso, don Luis Alberto Sánchez lo invistiese con la banda presidencial. Nunca dijeron que el maestro Sánchez ya estaba ciego y que por tal razón Alan tomó la banda presidencial y el mismo se la colocó. Al año de gobierno ya la Revista “Oiga” publicó la casa de Naplo. Era una casa de playa sencilla de madera. Y la pusieron como una mansión. En el Congreso y en los canales de Tv apareció el señor Olivera y le denominaba al Presidente “Jefe de la banda”, delincuente. Lo extraño es que nunca vi a este señor investigar al anterior Presidente, a Belaúnde. Cuando Alan propone la nacionalización de la banca el señor Olivera inició su ataque sin medida. Cuando llega el Papa Juan Pablo II en 1988 la prensa remarcaba una vez y otra vez que Alan era divorciado. Eso no pasó con Beláunde. Cuando termina el gobierno de García recuerdo como el Congreso fredemista (PPC, AP y Libertad) no lo dejaron hablar. Al terminar su mandato Alan fue sometido a una investigación como nunca antes yo había visto. Fueron a su casa los diputados con un centímetro y medían la casa. Contaban los ladrillos y decían que la casa estaba a un precio pero que su precio real era otro. Desde el saque la idea era dejar en la mente que el Presidente era ladrón. Eran los años 90 y luego de investigarlo con todo este celo enviaron todo a la Fiscalía y al Poder Judicial para que lo sancionen. Tanto uno como otro archivaron todas las acusaciones. Nunca encontraron las cuentas por 50 millones del informe Lark. Descubrieron que el informe era falso. Nunca encontraron la casa en Miami al lado de la de Julio Iglesias. Nunca hallaron la venta en triangulación de los Mirage. Nunca encontraron nada del BCCI. Más bien resulta que el funcionario del BCR Brian Jansen era acciopopulista. Eso nunca lo resaltó la prensa. Todas las acusaciones falsas provenían de Fernando Olivera. Todo fue archivado. Eran ya cosa juzgada. Luego viene el Golpe de Fujimori y este reabre todos los procesos. Todos. Alan es perseguido ahora físicamente con la finalidad de exterminar su vida. Colombia le da asilo. El Presidente colombiano envió su avión a llevarlo. Alan denunció ante la OEA al Gobierno de Fujimori y ganó los procesos. Lo absolvieron de todo. Y Fujimori nunca quiso acatar la sentencia. Luego inventaron lo de la prescripción o lo de los jueces apristas. Pero si los jueces los había puesto Fujimori. Luego entró Toledo y sacó a todos los jueces fujimoristas. Toledo puso a Olivera de ministro de Justicia para que le reabra los casos del Frontón una y otra vez más.
Terminó su segundo gobierno y una vez más lo acusaron de haber liberado miles de narcos y de haber cobrado por liberarlos. Nunca probaron nada. Nunca. No encontraron cuentas, ni depósitos. Investigaron a presuntos testasferros y a familiares. Nunca hallaron nada. Lo más grave es que los enemigos políticos y la prensa habían dejado un olor a impunidad. Era una sensación falsa. Pero lo habían hecho. Quedó en la mente colectiva de los peruanos que Alan simplemente la había sabido hacer. Era tan inteligente que la había sabido hacer. Confieso que fue tan fuerte la arremetida con esa idea que hasta yo que creo en su inocencia llegué a pensar que eso era así. Pero cuando hace 2 meses, en Diciembre del 2016 estalla el escándalo Odebrecht / Lava Jato y se señala que las autoridades norteamericanas habían hallado que desde cuentas de sus bancos se había pagado dinero a autoridades y funcionarios de todo el mundo. Y han dado pelos y señales de quienes están involucrados y que en esa lista no aparece Alan García, eliminé de por vida la duda. ¿Cómo podría Alan García mamipular a todo el sistema norteamericano? ¿Cómo podría manipular a todo el sistema brasileño? Hoy yo ya no solo pienso que García es inocente. Hoy pienso que es además HONRADO. Tengo 22 años de abogado. Tengo 10 años de penalista. Y puedo asegurar que una de las cosas que he aprendido es que No hay Crimen perfecto. El Crimen siempre deja huella. Y en Alan García nunca han encontrado nada de nada. Creo que la crianza de sus padres Nytha y Carlos fue de valores. Creo que las enseñanzas apristas de honradez en él son reales. Una cosa es que Alan sea bailarín, risueño y hasta que llegó a engordar y otra cosa es que por esas solas razones lo imputes de ladrón. Yo incluso he llegado a pensar que los peruanos tienen una conciencia laxa en temas de moral. No votan jamás por el más moral. Votan según quieran o no al candidato. Además creo que la izquierda radical, llamados hoy caviares se han hecho un grave daño. Al elegir ellos mismos el tema de la corrupción llamando a todos sus adversarios corruptos y ver hoy a sus paradigmas (Toledo, Olivera, Nadine, Humala, Villarán, Verónika, etc.) envueltos en estos escándalos reales y no ficticios creo que se han puesto la soga al cuello y se han suicidado políticamente.
Alan García ya anunció su retiro de la política. Ya señaló que ya tuvo su tiempo. Creo que por un mínimo de decencia la prensa y el país debe empezar ya a reconocer que se equivocó gravemente con él y en vida darle el respeto que se merece luego de 30 años de persecución sin pausa. No debe esperar a que se muera para reconocerlo. No se debe cometer la misma maldad que con Haya de la Torre se cometió. Un peruano HONRADO lo merece. Ni más ni menos.