Son las 11 de la mañana aproximadamente, los encargados de la limpieza de Piura están a la mitad de su día laboral pero parece que no pudieran avanzar, la basura y la suciedad sigue llegando a las calles que ellos ya limpiaron.
Con su uniforme municipal color naranja, con el rostro empapado de protector solar y con una escoba de paja un poco malgastada, Dora recorre la plaza de Armas para cumplir con su labor. Lo único que ella debería recoger son las hojas de los árboles que inevitablemente caen al suelo, pero, para su sorpresa hay más trabajo por hacer.
Sobre la superficie encuentra botellas de plástico, papeles y envolturas de todo tipo. "Hay gente responsable que busca el tacho y tira la basura ahí, pero hay otros que disimuladamente lo tiran al suelo", dice Dora sin dejar de hacer su trabajo. Cada minuto cuenta.
A dos cuadras de la plaza, el Jr. Arequipa es un camino difícil de recorrer; la vista y el olor son irritantes. En cada esquina no es raro encontrar en las manañas las paredes tatuadas de orín o algún graffiti sin gracia. Los postes de electricidad corren la misma suerte y lucen sus ennegrecidas bases acompañas de basura.
Esta bella calle, compuesta por históricas casonas y negocios de larga trayectoria poco a poco se está reduciendo a un baño público. Los trabajadores de limpieza que se encargan de esa zona tienen la necesidad de cubrir la mitad de su rostro con un trapo para no sentir los fuertes olores que se desprenden de las paredes y el suelo.
Una trabajadora municipal que recogía la basura de un poste cercano nos comentó que a veces ha encontrado botellas llenas de orín.
Un trabajo que se ha "legalizado" en nuestra sociedad es el lavado de los carros en plena vía pública. Los trabajadores de limpieza también tienen que lidiar con este oficio que ya se ha convertido en un problema para ellos ya que no solo le da un mal aspecto al centro de nuestra ciudad, sino que también dificulta el trabajo de los empleados ediles, quienes recorren las calles de Piura desde las 5 de la manaña para que nosotros podamos recibir la ciudad limpia.