El algarrobo (Prosopis pallida), uno de los pilares naturales del norte del Perú, enfrenta una amenaza alarmante: la tala ilegal que ha devastado miles de hectáreas anualmente en la región de Piura.
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Esta especie arbórea no solo es vital para la biodiversidad regional, sino que también juega un papel crucial en la regulación del clima y en el sustento económico de comunidades locales. En este sentido, la docente de la Escuela de Administración en Turismo y Hotelería de la UCV Piura, MBA. Juana Graciela Palma Vallejo, nos brinda información al respecto.
Importancia del algarrobo en el norte peruano
El norte del Perú alberga extensos bosques secos que incluyen más de 3 millones de hectáreas, dominadas en un 67% por la región Piura. Aquí, especies como el algarrobo, el Palo Santo, el Molle, el Sapote y el faique encuentran su hábitat natural, contribuyendo significativamente a la riqueza ecológica y cultural de la región.
El algarrobo, en particular, se valora historicamente en la cultura Moche por su madera, algarrobina (producto alimenticio), y su capacidad para prosperar en entornos áridos. Sin embargo, su futuro se ve amenazado por la tala ilegal, que además de afectar la biodiversidad, impacta negativamente en la economía local y nacional.
Impactos de la tala ilegal y desafíos futuros
La tala ilegal de algarrobo se justifica en parte por la demanda comercial de su madera y algarrobina, utilizadas en diversos sectores como la industria alimentaria, farmacéutica y química. A pesar de ser una especie renovable, el algarrobo requiere varios años para alcanzar la madurez y poder ser aprovechado económicamente, lo que genera un vacío ambiental significativo y afecta la cadena alimentaria local, incluyendo la producción ganadera.
El desafío actual reside en encontrar un equilibrio entre la conservación de esta especie emblemática y la necesidad económica de las comunidades locales. Las acciones gubernamentales a nivel local, provincial, regional y nacional son fundamentales para implementar políticas que promuevan un uso sostenible del algarrobo, asegurando así su preservación para las generaciones futuras.