Una multitud dio el último adiós a Julissa Quevedo Encalada (25), despidiéndola con cánticos y pidiendo a gritos la captura de los asesinos

Ante el llanto de sus seres queridos, su féretro partió de la calle San José 600 y fue llevado a unos metros, en la quinta cuadra de la calle San Juan. Pues en este lugar se enfrentó al delincuente que le disparó y la mató.

Se recuerda que ella fue asesinada de un balazo en el cuello por un hampón para robarle su celular, en el A.H. Santa Teresita de Sullana.

“Lo que pedimos es justicia y que atrapen a los asesinos”, gritó la gente. Pues entre la multitud que despedía a Julissa se portaba un cartel con su fotografía.

El ataúd fue cargado por varias cuadras y desde los altoparlantes pusieron música. Pues, sus amigas le pusieron cumbias de Armonía 10, Diamantes del Norte y Frank Castillo y al compás de estos temas, bailaron cargando el ataúd en las calles y brindaron, tomando cerveza.

“No vamos a dejar que el caso quede impune. Vamos a seguir hasta el final y hasta que capturen a los verdaderos asesinos de Julissa, señalaron sus amigas.

Ellas también pidieron a la Policía que identifiquen a los criminales de la joven, quien deja un hijito de 5 años en la orfandad.

Finalmente, Julissa Quevedo fue sepultada en el cementerio Jardines de la Resurrección, acompañados de más de quinientas personas entre familiares y amigos.