La pandemia de covid-19 demostró que aquellos ‘héroes de bata blanca’ son los profesionales de la salud. Una profesión de servicio que no descansa con el fin de hacer frente a este virus y a otras enfermedades. Hoy, 5 de octubre, se celebra a nivel nacional el ‘Día de la Medicina Peruana’.
Pero, algo que debes saber es que esta festividad se creó por el heroico sacrificio que realizó hace 131 años, Daniel Alcides Carrión. Él partió a la inmortalidad, después de ofrendar su vida en busca de una cura para la «la fiebre de La Oroya», al inocularse el mortal virus.
¿Quién fue Daniel Alcides Carrión?
Daniel Alcides Carrión García, nació en Cerro de Pasco el 13 de agosto de 1857. Fueron sus padres don José Baltasar Carrión, médico nacido en Loja, Ecuador, y doña Dolores García Navarro, oriunda de Quiulacocha, caserío de Cerro de Pasco.
A la edad de 14 años se trasladó a Lima y fue testigo de la mortífera epidemia denominada “verruga peruana”, enfermedad que más adelante se encargó de investigar.
En Lima, cursó estudios secundarios en el Colegio Nacional “Nuestra Señora de Guadalupe”. Según sus biógrafos, cuando llevó el curso de griego agregó Alcides a su nombre, cuyo significado es “hombre fuerte y de gran temple”.
Presente en la guerra
Hacia 1885, el país acababa de salir de la infausta Guerra del Pacífico (1879-1881), en la que Carrión participó asistiendo a los soldados heridos en el frente de batalla. El héroe fue practicante de cirugía.
Por aquel tiempo, él estudiaba en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y cumplió su deber de defender a la patria en los momentos más dramáticos.
Luego del conflicto, se dedica al estudio de la verruga. A finales del siglo XIX, durante la construcción del Ferrocarril Central de Lima a Huancayo y Cerro de Pasco, se declaró una epidemia caracterizada por fiebre alta, anemia y gran mortandad entre los obreros que trabajaban en el lugar.
Plaga sin cura
La epidemia mortífera de la “verruga peruana» empezó a matar a cientos de peruanos. Así, un 27 de agosto de 1885, llevado por su espíritu científico, Alcides acudió a la Sala de las Mercedes del Hospital Dos de Mayo de Lima, y le solicitó al médico Evaristo Chávez que le hiciera la inoculación de sangre macerada de una tumoración verrugosa. De este modo, quiso reproducir la verruga peruana para comprobar su evolución y descifrar su cura.
Una vez que se inoculó el virus, Carrión comenzó a escribir personalmente su historia clínica hasta el 26 de septiembre de 1885, momento en el cual, agobiado por la fiebre y la anemia grave, entró en delirio. A su solicitud, sus compañeros siguieron escribiendo el documento clínico que había iniciado.
El 05 de octubre de 1885 ocurre su deceso en el Hospital francés (Maison de Santé) con tan solo 28 años de edad. Y en 1886 el Estado peruano publica sus anotaciones sobre la verruga conmemorando el primer aniversario de su muerte.
Acción heroica
El heroico experimento de Alcides Carrión, al inocularse el virus de la bartonelosis, brindó evidencia clínica que permitió a futuros médicos corroborar científicamente la teoría según la cual la fiebre de la Oroya y la verruga peruana son síntomas de una misma patología.
Fernando Cabieses, reconocido científico y médico peruano, dijo “para Daniel A. Carrión la Medicina no fue una ocupación ni una profesión. Para él la medicina fue una religión”.
En el 2002, con la Ley N° 27794 se modifica el artículo 1 de la Ley 25342 y, se declara “Héroe Nacional, mártir y maestro de la medicina peruana a don Daniel Alcides Carrión”.
Con información de la Biblioteca Nacional del Perú.
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