El pasado 4 de agosto, Naturaleza y Cultura Internacional (NCI) conmemoró sus primeros 20 años de labor institucional, organizando eventos de aniversario el 7 y 8 de agosto en Cajamarca y Lima, respectivamente.
Esta organización, que opera en regiones como Piura, Cajamarca, Amazonas, Huánuco, Loreto y Ucayali, logró conservar más de 2.4 millones de hectáreas distribuidas en 36 áreas protegidas. Estas abarcan desde los bosques secos del valle del río Marañón hasta los frondosos bosques de nubes en Huánuco y los vastos bosques tropicales de tierras bajas en Loreto.
Además, el 65% de las Áreas de Conservación Regional en Perú se establecieron gracias al apoyo de NCI. De esta manera, demostró su compromiso con la preservación del entorno natural a lo largo de dos décadas.
Los inicios de una gran misión
El origen de NCI en Perú se remonta a 2001, cuando varias ONG de Ecuador y Perú formaron el grupo “Bosques sin Fronteras”. Esto con el propósito de proteger los bosques secos mediante estrategias de educación ambiental y desarrollo sostenible. Tres años más tarde, en 2004, se fundó oficialmente Naturaleza y Cultura Internacional en Perú, abriendo su primera oficina en Sullana, en colaboración con la Fundación Proaves.
Desde entonces, NCI centra sus esfuerzos en apoyar la creación de Áreas de Conservación Regional (ACR) y Privada (ACP), entre otras modalidades reconocidas por el Estado peruano.
Perú: un tesoro de biodiversidad
Perú, reconocido como uno de los cinco países más biodiversos del planeta, alberga más de 1800 especies de aves, dos tercios de las cuales habitan en áreas protegidas con el apoyo de NCI. Estas zonas son vitales para la supervivencia de especies como la tangara de dorso dorado, el colibrí de cola espátula y el pachaloro. Así como para emblemáticos mamíferos como el tapir de montaña, el oso de anteojos y el coto mono, quienes cumplen roles esenciales en la regeneración de los bosques.
Desafíos en la gestión de áreas de conservación
La gestión efectiva de las Áreas de Conservación es uno de los mayores desafíos para NCI. Según Guillermo Maraví, director ejecutivo de NCI en Perú, la organización sigue comprometida con la sostenibilidad a largo plazo de estas áreas. Ello apoyando la capacitación del personal, la elaboración de planes de gestión y el diseño de mecanismos para asegurar su sostenibilidad financiera.
Conectando ecosistemas para un futuro sostenible
La conectividad ecosistémica es crucial para mantener la biodiversidad. NCI se enfoca en conectar áreas protegidas para facilitar el desplazamiento de especies y preservar los procesos naturales esenciales para la vida. Además, la organización apoya la creación de normativas que promuevan el establecimiento de corredores de conservación en Perú, y trabaja en la gestión de grandes paisajes interconectados conocidos como mosaicos de conservación.
En su vigésimo aniversario, NCI reafirma su compromiso con la conservación. Asimismo, recuerda con orgullo logros como la creación de la primera Área de Conservación Regional, «Tamshiyacu-Tahuayo», y la más reciente, la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau. Guillermo Maraví destaca la dedicación de un equipo diverso, comprometido con construir un mundo más sostenible. Esto a través de pequeñas acciones de conservación que aseguren el acceso a recursos básicos y alimentos de calidad para futuras generaciones.