El Perú está experimentando una acelerada reducción en la cobertura de superficie glaciar, un fenómeno atribuido al calentamiento global, según datos del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem). Entre 2016 y 2020, el país pasó de tener 1,118 km² a 1,050 km² de superficie glaciar. Ello, representa una disminución de 68 km² en tan solo cuatro años.

Paola Moschella, directora de Investigación en Glaciares, explicó que también disminuyó el número de lagunas debido al mismo fenómeno. Actualmente quedan 8,466 embalses con una superficie total de 1,081 km².

La reducción de los glaciares y lagunas de origen glaciar en el Perú conlleva varios riesgos y consecuencias negativas. Por ejemplo, algunas lagunas pueden representar un peligro de desborde e incluso provocar aluviones, poniendo en riesgo a localidades importantes como Huaraz y Caraz.

Además, la disminución de las reservas de agua en las cuencas de los ríos Chillón, Lurín, Rímac y la cuenca del alto Mantaro es alarmante, con una reducción del 75% de la superficie glaciar en los últimos 58 años. Esta situación afecta directamente el suministro de agua para la población.

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Uno de los afectados

Uno de los nevados más afectados es el Huaytapallana, ubicado en Junín. Este ha perdido el 72% de su masa glaciar. El fenómeno se atribuye no solo al cambio climático, sino también a la acumulación de contaminantes atmosféricos como el hollín, producto de actividades humanas como la quema de pastizales y la contaminación del parque automotor.

¿Cómo enfrentar la problemática?

Ante esta problemática, se propusieron diversas acciones. La Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente de Junín sugirió la creación de una Dirección Especializada en Recurso Hídricos. Así como, la implementación de iniciativas sostenibles hasta el año 2050.

El Inaigem, por su parte, cuenta con el Proyecto Carbono Negro para monitorear y evaluar el impacto sobre la Cordillera Huaytapallana. También realiza pruebas especializadas para comprender cómo la contaminación y las variables climáticas aceleran la reducción de los glaciares.

Estas acciones son fundamentales para preservar el suministro hídrico, proteger la biodiversidad y mantener la integridad ecológica de la zona, que desde 2011 forma parte del Área de Conservación Huaytapallana.

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