Perú alcanzó hoy un récord Guinness al elaborar la barra de chocolate más grande del mundo, para la cual se empleó cacao de zonas donde antes se cultivaba hoja de coca.
Cerca de 1,000 kilos de cacao proveniente de ex zonas cocaleras sirvieron para que esta tarde el Perú lograra un nuevo galardón de reconocimiento mundial.
Con este fruto, cosechado en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) y el Valle del Monzón, fue elaborada hoy la barra de chocolate más grande del mundo con mayor porcentaje de cacao, al menos 70% de concentración, algo que no había logrado ningún otro país.
Desde las seis de la mañana, un grupo de destacados chefs se ubicaron en la avenida de la Peruanidad, en Jesús María, y se entregaron a la ardua y meticulosa labor de preparar una barra de chocolate proporciones nunca antes vistas.
La actividad fue organizada por la Asociación de Productores y Empresarios Pasteleros y contó con la colaboración de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), que proporcionó los 1,000 kilos de cacao.
Por la tarde, se dieron a conocer las colosales dimensiones del producto: 7 metros de largo, 3 metros de ancho y 5 centímetros de alto.
Tuvo un peso digno de admiración: 717.017 kilos de chocolate y 284.348 kilos de frutos, los que sumados hicieron un total de 1,001.365 kilos. Es decir, más de una tonelada necesaria para alcanzar el Guinness.
Tras recibir el diploma de parte de los representantes de Guinness World Records, la presidenta ejecutiva de Devida, Carmen Masías, destacó y agradeció la contribución de los agricultores de ex zonas cocaleras que han optado por el cultivo del cacao como mecanismo de desarrollo que reemplace a actividades ilegales.
“No sólo estos agricultores obtienen réditos económicos sino que, además, logran la tranquilidad para ellos y sus familias, ya que no tienen relaciones con el narcotráfico, que acarrea violencia y retraso para ellos y su comunidad. Ahora viven tranquilos”, dijo.
Se asistió en la producción de cacao a 66,506 familias de estas zonas, a quienes se les brindó capacitación, recursos humanos y logísticos (económicos) a través de obras como módulos de post cosecha para la mejora de sus semillas y mejora de vías terrestres para el traslado de sus productos.
De igual forma, subvención en el pago de los títulos a través de convenios con gobiernos regionales en dichas zonas vulnerables, entre otras ayudas, agregó Masías.