Perú erradicó más de 11,000 hectáreas de hoja de coca en lo que va del 2017 en diversos valles cocaleros, informó la presidenta de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Carmen Masías.
La cifra representa un avance importante para alcanzar la meta de 25,000 hectáreas erradicadas a diciembre del año en curso, indicó la funcionaria, al destacar la relevancia de reducir el espacio cocalero en el país y dar un mayor impulso a los productos alternativos.
Una de las zonas donde más se erradicó el cultivo de coca en la presente temporada fue el valle del Monzón, y entre los cultivos alternativos de mayor producción figuran el café, el cacao, la palma aceitera, además de frutas como la piña, e incluso plantas como el sacha inchi y la moringa.
“Hay una diversidad enorme de productos alternativos. La piña de Tingo María, por ejemplo, tiene el interés de una empresa japonesa muy grande. Si los japoneses han venido hasta acá por la piña de Tingo María es porque tiene calidad y quieren comprarla”, comentó.
El Gobierno, a través de Devida, redobla los esfuerzos para evitar que el narcotráfico gane terreno y se siga nutriendo de la hoja de coca sembrada en el país.
Si bien el Ministerio de Economía transfirió este año 70 millones de soles para las labores de erradicación, este monto permitirá reducir solo 21,000 hectáreas de coca en los siguientes meses, por lo que Devida buscará más fondos que permitan cumplir la meta de 25,000 hectáreas.
Resiembra
“No se trata solo de erradicar, porque luego se produce la resiembra. La idea es hacer desarrollo y ampliar la presencia del Estado (…). La resiembra es alta si las labores de erradicación no son acompañadas de planes de desarrollo alternativo y enfoques de pos erradicación”, subrayó Masías.
Resaltó, además, que el desarrollo alternativo, integral y sostenible es uno de los ejes estratégicos de la política nacional antidrogas, la cual incluye entre sus mayores retos la recuperación de los valles de la influencia del narcotráfico y la inserción de más familias a la vida lícita.
“El desarrollo alternativo es sostenible e integral, es decir, no solamente tiene un componente económico, sino también personal, de paz comunitaria. Hay un componente social. El cambio es un proceso y los resultados no se ven de un día para otro”, declaró.
Datos
Según Devida, entre 50,000 y 55,000 hectáreas de cultivos ilícitos de hoja de coca existen actualmente en el Perú, y en los dos últimos años hubo una resiembra de hoja de coca de casi 90% en el país.
Reducir el 50% del espacio cocalero e instalar más de 4,000 hectáreas de cultivos alternativos en el Perú proyecta la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2017-2021.
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