La osteoartrosis, también conocida como artrosis, es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, causando dolor, rigidez y pérdida de movilidad. Suele aparecer con mayor frecuencia en adultos mayores, aunque también puede afectar a personas jóvenes. En este episodio de «Mèdico en Casa», el Dr. José Sánchez Aguirre, médico internista, explica qué es la osteoartrosis, sus principales síntomas, las causas más comunes y las alternativas de tratamiento que existen para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué es la osteoartrosis y a quién afecta?
La osteoartrosis es un trastorno crónico que deteriora el cartílago articular, generando dolor y limitación de movimiento. Según especialistas, afecta aproximadamente a un tercio de la población, incrementando su incidencia a partir de los 50 años. En personas mayores de 70 años, la prevalencia puede alcanzar el 50 %. Aunque puede presentarse en cualquier articulación, es más común en rodillas, caderas, manos y columna.
Entre los factores de riesgo identificados se encuentran:
- Edad avanzada.
- Sexo (mayor incidencia en mujeres).
- Antecedentes familiares.
- Tipo de trabajo que implique sobrecarga articular.
- Lesiones previas en las articulaciones.
- Exceso de peso corporal.
Síntomas más comunes de la osteoartrosis
Los síntomas suelen aparecer de manera progresiva y empeorar con el tiempo. Los más frecuentes son:
- Dolor articular, especialmente al iniciar un movimiento.
- Rigidez en las articulaciones, sobre todo por las mañanas o tras periodos de inactividad.
- Inflamación y sensibilidad en la zona afectada.
- Disminución de la movilidad.
- Incapacidad funcional para actividades cotidianas.
Diagnóstico y tratamiento de la osteoartrosis
Para diagnosticar esta enfermedad, el médico realiza una historia clínica detallada y solicita estudios como radiografías de las articulaciones y análisis complementarios para descartar otras patologías.
En cuanto al tratamiento, este varía según el avance de la enfermedad e incluye:
- Medicamentos analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor.
- Fisioterapia y ejercicios de bajo impacto para mantener la movilidad.
- Inyecciones de corticoides en casos específicos.
- Uso de prótesis articulares en etapas avanzadas, especialmente en rodillas y caderas.
El especialista también recomienda mantener un peso saludable, evitar sobrecargas articulares y realizar ejercicios que fortalezcan la musculatura sin generar impacto excesivo.