El sobreendeudamiento y la falta de planificación financiera son situaciones que afectan cada vez más a las personas en el Perú. En entrevista con Impulso Norte, la economista Lilibeth Encalada, especialista en inteligencia de negocios y riesgo de crédito, explicó los riesgos de endeudarse más allá de la capacidad de pago, el nivel de inclusión financiera actual y las alternativas de ahorro disponibles en el mercado formal.
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Riesgo de sobreendeudamiento
De acuerdo con Encalada, los últimos años han generado un impacto considerable en los ingresos individuales debido a la pandemia, los fenómenos climáticos y las manifestaciones sociales. Esta situación ha llevado a que muchas personas recurran al crédito como una salida rápida, lo que incrementa la probabilidad de sobreendeudamiento.
“Para evitar que una persona se considere sobreendeudada es importante que no destine más del 30% de sus ingresos a cubrir sus deudas”, indicó la especialista.
El sobreendeudamiento se produce cuando la suma de las cuotas mensuales supera los ingresos disponibles de la persona. En este escenario, la experta recomendó establecer un presupuesto de ingresos y gastos y reducir consumos innecesarios.
Si la persona ya se encuentra en una condición de sobreendeudamiento, es importante que acuda a las instituciones financieras para buscar soluciones. Existen herramientas como las reprogramaciones o refinanciaciones de deudas, que permiten reorganizar pagos y evitar un mayor deterioro del historial crediticio.
Inclusión financiera y alternativas de ahorro
El Reporte de Estabilidad Financiera del BCR a mayo 2025 señala que el 67% de la población adulta en el Perú ya participa del sistema financiero, en gran medida por el uso de pagos digitales. Sin embargo, todavía queda un 33% que no ha sido bancarizado.
Sobre este punto, Encalada resaltó el rol de las billeteras digitales, que no solo facilitan transacciones sino que también incorporan funciones para educar en el ahorro. “Por ejemplo, Yape ha sacado su función de guardaditos, lo cual es una manera de educar a las personas a que destinen una parte de sus ingresos al ahorro”, comentó.
En el mercado formal, las cuentas de ahorro libre son recomendadas para emergencias, mientras que los depósitos a plazo se adaptan a objetivos de mayor alcance, como el pago inicial de una vivienda. Asimismo, las cajas municipales, cooperativas y bancos ofrecen distintas tasas de interés, siendo fundamental verificar que estén supervisadas por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y respaldadas por el Fondo de Seguro de Depósitos.
Opciones de inversión y educación financiera
Además de los productos tradicionales, las personas pueden acceder a fondos mutuos o bonos, que presentan una mayor rentabilidad, aunque sujetos a niveles de riesgo. La elección depende de los objetivos individuales y de la tolerancia personal al riesgo.
Para la economista, la clave es mantener un orden financiero personal:
“No podemos gastar más de lo que ganamos. Ordenar nuestros gastos nos permite generar excedentes que pueden destinarse a ahorro o inversión”.
De esta forma, el hábito del ahorro y el control del endeudamiento se convierten en herramientas sostenibles para fortalecer la estabilidad financiera de las personas en el tiempo.
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