La ictericia neonatal es una condición común en los recién nacidos, caracterizada por la coloración amarilla de la piel y los ojos debido al aumento de bilirrubina en la sangre. Aunque suele ser un proceso fisiológico normal, también puede representar una señal de alerta cuando los niveles de bilirrubina se elevan por encima de lo esperado. El Dr. David Mario Rojas Guevara, pediatra, explicó en el programa «Médico en Casa»: las causas, sus signos y los tratamientos adecuados según el caso.
¿Qué es la ictericia neonatal y por qué ocurre en los bebés?
La ictericia neonatal se manifiesta por el tono amarillento de la piel y es causada por el exceso de bilirrubina en la sangre. Esta sustancia se forma por la descomposición de glóbulos rojos y normalmente es procesada por el hígado, que la elimina del organismo. En los recién nacidos, este proceso puede no ser tan eficiente debido a la inmadurez hepática.
El Dr. David Rojas, pediatra, explicó que aproximadamente el 60 % de los recién nacidos sanos pueden presentar ictericia durante sus primeros días de vida. “Los niños normales pueden tener un tinte amarillento de la piel hasta cierta edad”, detalló.
Sin embargo, cuando el color amarillento aparece en las primeras 24 horas de vida o se extiende por todo el cuerpo (incluyendo manos y pies), se recomienda realizar una evaluación médica. En estos casos, es posible que se trate de una ictericia patológica, que requiere estudios más detallados.
Niveles de bilirrubina en bebés y tratamientos disponibles
La bilirrubina total en un recién nacido sano no debería superar los 15 mg/dl. Si los niveles sobrepasan este valor, se debe iniciar tratamiento, especialmente si el bebé nació prematuro o con bajo peso, donde el umbral es menor.
El tratamiento más común es la fototerapia, que ayuda a transformar la bilirrubina indirecta en una forma que el cuerpo pueda eliminar. Este procedimiento utiliza focos especiales y debe aplicarse bajo supervisión médica. “La fototerapia conjuga la bilirrubina indirecta, permitiendo su eliminación por vías renal y digestiva”, explicó el especialista.
En casos extremos, cuando los niveles de bilirrubina superan los 25 o 30 mg/dl, puede ser necesaria una exanguinotransfusión, un procedimiento más invasivo que reemplaza parte de la sangre del bebé para reducir rápidamente la bilirrubina.
Además, el Dr. Rojas advirtió que los niveles elevados de bilirrubina no conjugada pueden atravesar la barrera hematoencefálica y afectar el sistema nervioso del bebé, por lo que su control es vital. “La bilirrubina indirecta es la que puede causar daño neurológico si no se trata a tiempo”, enfatizó.
Recomendaciones para padres y señales de alerta
Los padres deben observar cuidadosamente la piel de su bebé, especialmente bajo la luz natural, y prestar atención si el color amarillo se extiende más allá del rostro. Es importante conocer el grupo sanguíneo tanto del bebé como de los padres, ya que una incompatibilidad sanguínea puede aumentar el riesgo de ictericia grave.
El especialista también recordó que la leche materna, aunque beneficiosa, puede influir en el metabolismo de la bilirrubina. Por ello, se sugiere realizar controles durante la primera semana de vida, especialmente en bebés que reciben solo lactancia materna.
“El seguimiento médico es esencial. Hay tablas que permiten al personal de salud identificar los niveles normales o peligrosos de bilirrubina según la edad, peso y madurez del bebé”, añadió el Dr. Rojas.