El Ministerio de Cultura anunció que el personal especializado del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional, identificó dos canteras incaicas, con sus respectivos talleres. Estas están ubicadas en los Cerros de Quilmaná y Cerro Quinta Freno, en la provincia de Cañete, región Lima.
Desde allí se habrían suministrado estos bloques para la construcción de muros del tipo Inca imperial, en los sitios de El Huarco en Cerro Azul y Vilcahuasi en San Luis de Cañete.
Se trata de la primera y única cantera de sillería inca en la costa peruana. El impacto es notable en la arqueología peruana y en la historia local de Cañete.
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Las investigaciones hasta ahora realizadas, también demostraron toda una red de caminos y senderos relacionados a la producción y movilidad de los bloques de piedra tallados. Estos, están asociados a fragmentos de cerámica incaica, que son un claro reflejo de la importancia que tuvo este centro de producción para el Estado Inca en el siglo XVI.
Lo relevante de este hallazgo radica en que, hasta el momento, estas canteras son las únicas identificadas en toda la costa peruana. Por lo menos para la etapa final del Tawantinsuyu, y que pudo suministrar este selecto insumo a otros asentamientos Inca. Entre ellos Pachacamac por el norte y La Centinela de Chincha por el sur.
El descubrimiento de esta red de caminos inca y de las canteras en Cerro Quilmaná y Cerro Quinta Freno en Cañete, ofrecen valiosas oportunidades de investigación. Estas permitirán conocer, estudiar y explicar todo el proceso relacionado con la tecnología aplicada por los maestros canteros inca, para la extracción, talla y pulido de los bloques líticos que se utilizaron en diversas obras imperiales
Asimismo, también permitirá reconocer la importancia que cumplieron los caminos, como estructuras para el transporte. Estas facilitaron el traslado de este material a los diferentes asentamientos Inca emplazados en los territorios costeros.
Centro de producción incaico
Las investigaciones que se realizan darían cuenta de lo que sería un centro de producción de cantería inca. Desde ahí se extraía, elaboraba y distribuían bloques líticos tallados de estilo inca imperial a los diversos asentamientos en la costa peruana, durante el Tahuantinsuyo e incluso en la época colonial temprana.
Aunque los estudios están aún en proceso. Es probable que estos bloques hayan sido trasladados desde Cañete hasta Paredones de Nasca en la costa peruana, a más de 300 km de distancia, a través del camino inca, conocido como el “Camino de los Llanos”.
Una vez que se proteja y se ponga en valor, se iniciará una ruta de visitas. Por lo menos a una de las dos canteras. Será un valor agregado a la oferta turística que existe en las zonas de Quilmaná y Asia, y también en Cañete. Para ello, se trabajará junto a los gobiernos locales en la gestión de los recursos culturales de su zona.
Cabe mencionar que para el año 2024, se han programado dos proyectos de investigación arqueológica, en las canteras indicadas. Ello para la ampliación de los estudios y su respectiva protección y puesta en valor.