La imagen de Juanfran rescatando a un bebé de pocos meses, aterido de frío, amarrado a la espalda de su madre, que trataba de alcanzar la costa española, ha dado la vuelta al mundo.
El guardia civil, de 41 años, uno de los ocho miembros que componen el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de Ceuta, lleva prácticamente dos días enteros en el agua junto a sus compañeros.
“Hemos dormido ocho o diez horas en total desde el domingo”, aseguraba la tarde de este miércoles a EL PAÍS, tras regresar del trabajo en las aguas fronterizas de España y Marruecos.
No sabe si el bebé que rescató, “rígido, blanco”, es un niño o una niña. Cuando lo sacó del agua tampoco sabía “si estaba vivo o muerto”, confiesa.
Juanfran salva a bebé del mar
Juanfran, que fue antes militar y ejerció como buceador de rescate en la Armada; ingresó en la Guardia Civil hace 12 años, y se preparó para desarrollar también dentro del instituto armado esa misma especialidad. Pero nunca antes se habían encontrado ante “una marea humana” como esta, de “cientos de personas desesperadas”.
“Nuestro trabajo habitual consiste en recuperar cuerpos de muertos en las aguas, ya sean del mar, de un pantano, o de un río… Pero en esta ocasión teníamos que rescatar a personas vivas, de todas las edades, en todas las condiciones, y discriminar entre tanta gente en el agua quien requería más urgentemente nuestra ayuda”, explica. “Cogimos al bebé, estaba helado, frío, no gesticulaba”, relata conmovido.
“Llevan sacando gente: niños, mujeres, jóvenes, personas mayores…” desde la madrugada del lunes, señalan fuentes del instituto armado en referencia a sus agentes. “Apenas ha podido atender unos minutos a una radio esta mañana porque tenía que irse al agua otra vez”, señalan sobre Juanfran.
La imagen del bebé es la más humanitaria
Él es incapaz de saber a cuántas personas han asistido en el agua durante estos dos días. La imagen de él con el bebé se ha convertido en una de las imágenes, la más humanitaria, de esta grave crisis migratoria y diplomática entre España y Marruecos.
Los 600 guardias civiles destinados en Ceuta, viven con mayor intensidad que nadie la llegada masiva de las más de 8.000 personas que han cruzado a nado o con precarias embarcaciones y elementos de salvamento desde el país vecino a la ciudad autónoma.
Juanfran y sus compañeros tienen grabado en sus retinas “los ojos desorbitados de las personas a las que han tenido que asistir estos días en el mar”.
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