Sonrío más de una vez cuando la prensa dice o señala que Francisco es un Papa revolucionario y distinto a Juan Pablo II , al que interesadamente le han etiquetado como conservador. Veamos por que esto es falso. Y veamos como es que olvidan la historia con la finalidad de confundir a los fieles.
Fue Juan Pablo II, el Papa que con más insistencia habló de la Dignidad del Hombre. En la UNESCO en 1980 dijo: “Hay que considerar, hasta en sus últimas consecuencias e íntegramente, al hombre como un valor particular y autónomo, como el sujeto portador de la trascendencia de la persona. Hay que afirmar al hombre por sí mismo, y no por algún otro motivo: únicamente por sí mismo”. Este punto fue la base de su pontificado. Dicho tema fundamental es también el fundamento del pontificado de Francisco. Ambos Papas mantienen una misma línea de continuidad en su pensamiento.
Juan Pablo II en la misma línea de Juan XXIII y Pablo VI, lideró el ecumenismo. Juan Pablo II ha manifestado su ecumenismo en actos espectaculares que han marcado al mundo bastante más que sus escritos. En esta avalancha de gestos ecuménicos señalemos los principales:
-Las reliquias dadas a los cismáticos. Hasta 2004, se podían venerar los cuerpos de San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo en San Pedro de Roma; después, para hacerlo habrá que ir a las iglesias ortodoxas en Estambul. Este no es más que un ejemplo.
-La rehabilitación de heresiarcas como Lutero. Con ocasión de su viaje a Alemania en 1980, declaraba: “Hoy vengo a vosotros para recoger la herencia espiritual de Martín Lutero, vengo como un peregrino”.(7)
-Las visitas a la catedral Anglicana de Canterbury (1982) para una reunión de oración; al templo luterano de Roma (1983); en el consejo Ecuménico de las Iglesias en Ginebra (1984).
-Las visitas a Taizé: acudió allí dos veces como arzobispo de Cracovia y como cardenal, y una vez como Papa (en 1986). Declaró: “Se pasa por Taizé como se pasa cerca de un manantial”. El ecumenismo tuvo en su pontificado el esplendor más alto en Asís. La gran reunión interreligiosa de Asís, en 1986, -modelo en su -género- fue querida personalmente por el propio Juan Pablo II, contra la advertencia de algunos cardenales. En el momento de esta reunión, varios santuarios de Asís fueron ofrecidos a las diferentes religiones, pero los cristianos fueron convocados en San Rufino, aunque no hubo una sola oración específicamente católica de la jornada, ninguna misa celebrada. Y es así como el Papa esperaba obtener de Dios la paz para el mundo: “Construid la paz empezando por el fundamento: el respeto de todos los derechos del hombre”(8), proclamaba.
Esta jornada fue seguida por muchas otras en Kyoto, Roma, Malta, Bruselas, Milán, Asís, etc. En la segunda reunión declaró: “Hay que terminar con las heridas creadas por la intolerancia religiosa entre los creyentes del Dios único, que han ensangrentado a Europa”(9). Dicho de otra manera: queridos musulmanes, bienvenidos a Europa, los cristianos serán en adelante tolerantes para con vosotros.
Juan Pablo II insistirá muy a menudo sobre el “espíritu de Asís”: “El acontecimiento de Asís puede ser considerado como una ilustración visible, una lección de cosas, una catequesis
inteligible a todos de lo que presupone y significa el compromiso ecuménico y el compromiso para el diálogo interreligioso recomendado y promovido por el concilio Vaticano II”.
La jornada de Asís ha sido la puesta en práctica de “esta convicción que es la nuestra, inculcada por el Concilio, sobre la unidad de principio y de fin de la familia humana y sobre el sentido y el valor de las religiones no cristianas.” Juan Pablo II ha hecho la primera visita de un Papa a una sinagoga –en 1986 en Roma- y a una mezquita -2001 en Damasco-.
-El 14 de mayo de 1999, besa el Corán.
-El 24 de marzo de 2000, hace deslizar por una hendidura del muro de las lamentaciones en Jerusalén el texto de la ceremonia de Roma del 12 de marzo expresando el arrepentimiento católico con respecto al pueblo judío. Este gesto ha marcado profundamente al mundo.
-El papa participa en un culto pagano en un bosque sagrado (en Togo en 1985), se reúne con brujos del vudú (en Benin en 1993).(12) Rinde homenaje a los cultos antiguos de los Indios de América.
El Papa Francisco viene reuniéndose con hermanos musulmanes,judíos, evangélicos y eso es resaltado por la prensa como algo innovador en la Iglesia. Como si fuera el primer Papa que viene haciendo eso. Demostramos que eso no es verdad.
Fue el Papa Juan Pablo II, el Papa que dio el reconocimiento al Movimiento neocatecumenal, los aplausos a los Focolari, a los movimientos carismáticos, a la comunidad San Egidio, etc. Más aún, la tolerancia para las posiciones tomadas públicamente por bastantes obispos e incluso cardenales sobre cuestiones de fe (por ejemplo el cardenal Kasper) o de disciplina y de moral (los divorciados casados otra vez, la homosexualidad). Francisco está en la misma línea de Juan Pablo II.
Fue Juan Pablo II , el primer Papa que visitó Cuba. El primero en pedirle al mundo que se abriera a Cuba. Que cesara el bloqueo contra Cuba. Tratar de encasillar a Francisco como un Papa revoltoso no solo no es cierto. Sino, que además intenta desatar una división entre los propios católicos. Una pretensión no solo inaceptable, sino malvada que no se puede ni debe tolerar. Ni más ni menos.
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