El partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile terminó en una batalla campal que dejó 90 detenidos y al menos 10 heridos, según confirmaron la policía argentina y directivos del club local.
Incidentes en las tribunas
El enfrentamiento comenzó en el segundo tiempo, cuando hinchas de la U lanzaron palos, botellas y hasta butacas hacia la zona donde se encontraban los simpatizantes argentinos. La respuesta fue inmediata: los aficionados de Independiente devolvieron los proyectiles. Asimismo, escalaron hasta la tribuna alta, donde golpearon y despojaron de sus pertenencias a los chilenos.
En medio del caos, un aficionado —aparentemente chileno— saltó desde la gradería para escapar de sus agresores. Testigos y videos difundidos en redes sociales mostraron también golpes con palos y escenas de brutalidad sin presencia policial visible.
Partido suspendido y reacción oficial
El árbitro uruguayo Gustavo Tejera detuvo el encuentro en el minuto 48 y, tras más de media hora de incertidumbre, la Conmebol anunció la suspensión definitiva. La entidad señaló que será su unidad disciplinaria la que determine el resultado del partido y las sanciones a ambos equipos.
El presidente chileno, Gabriel Boric, condenó los hechos y cuestionó tanto la violencia de las barras como la “irresponsabilidad en la organización”. Ordenó además a su embajador en Argentina visitar a los hinchas hospitalizados para asegurar su protección.
Testimonios y denuncias
El embajador chileno en Buenos Aires, José Antonio Viera-Gallo, informó que hubo heridos con armas blancas y al menos una persona se encuentra en estado grave. En tanto, Felipe Valle, aficionado de la U, relató a Radio Cooperativa que recibió un piedrazo en el rostro y necesitó atención médica.
Fuera del estadio, decenas de hinchas chilenos fueron detenidos y tendidos boca abajo en la calle por la policía. Muchos simpatizantes de Independiente, en cambio, descargaron su enojo contra el operativo de seguridad y la decisión de ubicar a las hinchadas en sectores cercanos.
Reacciones de clubes y jugadores
El presidente de Independiente, Néstor Grindetti, calificó de “repudiable” el comportamiento de los visitantes, a quienes acusó de arrojar objetos arrancados de los baños. Por su parte, Michael Clark, directivo de la U, aseguró que “el fútbol pasa a segundo plano” ante la gravedad de lo ocurrido.
En redes sociales, el mediocampista chileno Felipe Loyola, que juega en Independiente, criticó la falta de acción de la policía y sostuvo que “este nivel de violencia no puede tolerarse”.
Antecedentes de violencia
Este nuevo episodio de desmanes se suma a otro registrado en abril, cuando un grupo de hinchas intentó ingresar sin entrada al Estadio Monumental de Santiago para el partido entre Colo Colo y Fortaleza por la Libertadores. En aquella ocasión, la intervención policial terminó con la muerte de dos jóvenes de 18 y 13 años.