El famoso Festival de Viña del Mar arrancó este lunes 22 y, como todos los años, cientos de fanáticos latinoamericanos llegaron a Chile para deleitarse con las presentaciones de los artistas invitados de este año. Sin embargo, los reconocidos cantantes que pasan por el festival más importante de América Latina, no solo destacan por lo que realizan en el escenario, sino por los extravagantes pedidos que hacen durante su estadía.

Las peticiones más descabelladas de la actual edición fueron las del ícono de la música de los años 80, Lionel Richie, y el venezolano Ricardo Montaner, pues mientras el primero solicitó 144 toallas de baño y que su camarín fuera forrado de negro, el segundo exigió 20 toallas bordadas con su nombre y dos kilos de jengibre, según consignaron este miércoles algunos medios.

Otro caso paradigmático es el del cantante español Alejandro Sanz, quien, según el diario La Tercera, se estableció en un hotel de la ciudad costera acompañado por 53 personas de su equipo, lo que lo convierte en uno de los artistas con más personal de la historia del festival.

Asimismo, el madrileño pidió disponer en su camarín de una alfombra gris, arreglos florales, una máquina de café Nespresso y velas e incienso. Además de tablas de jamón y chorizos ibéricos.

El reguetonero Wisin tampoco dejó escapar la oportunidad de hacer peticiones exóticas y solicitó botellas del champán Dom Pérignon, valorizadas en más de 220 dólares cada una.

Por su parte, la ex vocalista de Mecano, Ana Torroja, requirió una gran bandeja de frutos rojos y agua de coco orgánica para cuidar su voz.

A pesar de la gran diversidad de exigencias de los artistas de esta edición del certamen musical, la productora ejecutiva del festival, Catalina Yudin, aseguró, en una entrevista con el medio chileno Emol, que este año ha sido “tranquilo” comparado con los requerimientos que hizo el cantante británico Morrissey durante su paso por el evento en el 2012.

“Morrissey siempre va a ser mi trauma. Yo creo que después de eso quedamos curados de espanto. Nunca pensé que podía existir gente tan complicada y en todo sentido. Ponía problemas por la comida, por los olores, por los guardias, por todo”, explicó Yudin.

El inglés, que es vegetariano desde los 11 años, exigió que ninguno de los animadores del festival llevara chaquetas de piel y que se retirara toda la comida con carne que hubiera en los camerinos.

Entre otros muchos requerimientos excéntricos, en la mitad de su recital, Morrissey pidió la salida del periodista chileno Cristián Sánchez del público, pues a su parecer el conductor se estaba burlando de él y le daba malas vibraciones.

Por otro lado, el cantante británico Rick Astley cerró la lista de peticiones extrañas, pues antes de llegar a Chile encargó que le tuvieran preparada una bolsa de palomitas de maíz saladas y varias botellas del licor de hierbas alemán Jägermeister.