La pandemia ha hecho que la comunicación directa se produzca desde los celulares y la formas de estudio y trabajo se trasladen a la virtualidad. Sin embargo, esto ha generado ciertos problemas, sobretodo con los niños, en el uso excesivo de los dispositivos tecnológicos.
De acuerdo con la Licenciada Lilian Rodríguez, del Servicio de Psicología del hospital Alberto Sabogal de EsSalud, el común denominador de la comunicación, con distanciamiento físico, se da a través del uso de dispositivos móviles; tales como celulares, laptops, tabletas, entre otros, que a diario nos mantienen expuestos a ellos.
“Todo exceso hace problemas y luego patologías. Los niños, en este caso, se vuelven poco sociables porque están todo el tiempo jugando o conversando a través de aparatos con otros niños, aparentemente, en una relación social falsa, entonces va perdiendo capacidades en el manejo de la interrelación social”, señaló la especialista de EsSalud.
Ella advierte que la tristeza, irritabilidad, cólera o impaciencia con la familia, pueden ser señales de alarma que bien valdrían consultar al especialista.
A personas mayores también
El uso excesivo de la tecnología no solo afecta a los más pequeños. En el caso de adultos, entre los 20 y 40 años, el mal manejo de los celulares los ha llevado muchas veces a desarrollar adicciones.
La comunicación personal física y la interrelación entre los miembros de la familia es cada vez menos frecuente en el contexto de la pandemia por la covid-19.
En estos tiempos, donde las personas suelen desarrollar grados elevados de estrés y ansiedad, el uso excesivo de los dispositivos móviles agrava la situación, pues disminuyen las habilidades sociales tanto en niños como en adultos.
Para la psicóloga Lilian Rodríguez, en la población adulto mayor la soledad y abandono generan incompatibilidad con la tecnología. Pues, al no entender el manejo de los aparatos electrónicos tienden a sentirse frustrados.
Regulación, control y supervisión
Para evitar llegar a estos extremos, lo que debemos hacer es generar diferentes espacios y momentos para el niño en casa. La tecnología no puede, ni debe ser dejada de lado, pero no debemos convertirla en el centro de la atención del menor.
Se deben crear otros espacios para el hacer ejercicios, bailes, cumplir con responsabilidades y hacer otras actividades en casa que impliquen la interacción real y directa con otros miembros de la familia.
Es importante promover en el niño la disciplina para que este logre tener control sobre sus impulsos. En el caso del adulto mayor, nos corresponde apoyarlos en el proceso, hacerles entender que, así como los niños pequeños lo aprenden, ellos también lo lograrán.
La tecnología no es mala, por el contrario, puede facilitarnos el camino para lograr objetivos en de manera más rápida; sin embargo, en edad de formación, se debe regular su uso, ya que podría generar los problemas que ya hemos explicado.
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