El territorio Guayacundo se caracteriza por ser cálido y acogedor, con sus techos de tejas que embellecen las sencillas viviendas de los pobladores, cuenta con servicios básicos de hospedaje, restaurantes y representa la mejor base de partida posible para una excursión hacia las Lagunas de Huamba.
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Bosque de Cuyas
Los bosques montanos de esta región constituyen una de las áreas de mayor diversidad biológica del planeta. Ocupa un área estimada de 1000 hectáreas entre 2200 y los 2900 m.s.n.m., en la ladera occidental del cerro Chacas, a 5 kilómetros al noreste de la ciudad de Ayabaca. Dentro, podrás observar aves (130 especies), orquídeas y grandes árboles cubiertos de musgos y líquenes, lianas y epifitas. Además, entre los mamíferos de mayor tamaño se ha reportado la presencia de venados y tigrillos.
Cerro La Huaca
Un poco más adelante se llega al caserío El Checo y a su apu el Cerro La Huaca, sede del Centro Megalítico de El Checo. De hecho, se trata de un lugar muy especial donde los curanderos vienen todavía a realizar sus «pagos» y celebrar sus ritos ancestrales.
Suyo, Sicches, Jililí y Montero
Desde Las Pircas se puede proseguir con dirección a Suyo. En este centro urbano, capital distrital, se encuentra un pequeño Museo de Etnohistoria que exhibe piezas arqueológicas de procedencia local, e incluye una sección dedicada a la frontera norte y a los héroes nacionales. También, desde Las Pircas, puedes volver a subir hacia Sicches, Jililí y Montero (agroexportador de café y panela). Todos estos distritos merecen una visita de varios días, pues se trata de parajes idílicos, donde aquel que ame la naturaleza encontrará auténticos rincones de paraíso terrenal, con bosques, cumbres y cataratas, aves exóticas, flores de vivaces colores y tanta arqueología: desde los petroglifos conocidos como Diablos Pintados de Suyo, hasta el Altar megalítico del Cerro Cuchallín.
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Anímate a conocer la magia del territorio Guayacundo, cuyos paisajes te atraparan todo el camino de ida y vuelta.