En 1838, se culminó la edificación del cementerio San Teodoro, el testigo arcaico del cambio en las costumbres funerarias de los piuranos y nuevo espacio de reflexión para el entendimiento de nuestra identidad.

Historia

El nombre del famoso camposanto está ligada a la muerte del primogénito del Marqués de Salinas, Teodoro de los Santos, fallecido a los 23 años por una enfermedad pulmonar.

El trágico evento se utilizó para contar y encumbrar un patrimonio histórico con el amor de un padre que honra la memoria de su hijo dedicando sus esfuerzos en la construcción del cementerio, donde sería enterrado su primogénito.

Ritos funerarios en transformación

Antes de la existencia del primer cementerio general, los entierros se realizaban al interior de las iglesias, conventos y capillas, los familiares llevaban el cuerpo del difunto sin ataúd, en hombros, a la iglesia, para finalmente guardarlo en la cripta.

En Piura, las iglesias que conservan los entierros en sus criptas son la Catedral, San Francisco, Del Carmen y San Sebastián y, durante tres siglos, los piuranos fueron fieles de esta tradición.

Pero, tiempo después un grupo de médicos impulsaron los cementerios extramuros, es decir, fuera de la ciudad, porque veían peligroso el entierro de difuntos dentro de las iglesias.

La injerencia de la nueva forma de enterrar a los muertos fuera de la ciudad trajo consigo nuevas reacciones. Un nuevo cambio fue la ornamentación del espacio funerario. Antes los fieles decoraban los altares y capillas de forma ostentosa, más tarde, con el nuevo camposanto, la simplicidad reinó.

El color blanco yacía por todos lados, en los pabellones y en la capilla, y claro está, en el mármol de las placas conmemorativas. Sin embargo, a los pocos años el colorido de las flores llegó al Panteón”, describe Alberto Requena en su libro “Historia del cementerio San Teodoro. Patrimonio histórico de Piura”

Ahora bien, no se puede hablar de costumbres sin la celebración de “Todos los Santos”. En noviembre, la gente acudía a los templos a encender velas y cirios para sus familiares, también hacían oración y dejaban algún obsequio.

Además, en medio de la festividad resaltan una serie de negocios. Requena menciona que prevalecía la venta de “bolsitas de dulces para niños, conocidos popularmente como “angelitos”; también se vendían velas, cirios, rosarios, amuletos y cruces para la jornada nocturna; así como también fue común el “alquiler” de rezadoras el día central de la festividad.

Síguenos en TikTok:

@walacnoticias Conoce acerca del florecimiento de los Guayacanes, un evento que se da solo una vez al año. #walacnoticias #Piura #lancones #turismopiura #fyp ♬ Chill Vibes – Tollan Kim