Ya no falta nada para las Elecciones 2020, las mismas que se llevarán a cabo el próximo 26 de enero y en donde votarán 24 millones 799 mil 384 de ciudadanos.

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Si bien, algunos de los ciudadanos ya saben por quién o quiénes votar, hay muchos que aún no lo han decidido; incluso, varios de ellos aseguran que votarán en blanco o viciado cuando se encuentren en la cámara secreta.

Aunque esto expresa su indiferencia ante los comicios o antipatía por los postulantes, ¿qué significado real puede tener ese tipo de voto en el resultado final de las elecciones 2020? A continuación, te damos a conocer algunos puntos de vista respecto a este tema.

Voto en blanco

Es una de las opciones en un proceso electoral. Se presenta cuando un elector decide no marcar ninguna opción y no hacer nada en la cédula.

Voto viciado

Es considerado nulo porque el elector al momento de sufragar realiza trazos mal hechos sobre las casillas del partido político y/o dentro de los recuadros donde debe colocar su voto preferencial. También cuando hace dibujos o escribe frases en la cédula.

IMPLICANCIA EN EL RESULTADO

Si como peruano deseas utilizar este método de votación por cualquier motivo que tengas, te comentamos que si bien la cifra o porcentaje de votos nulos o viciados aparecerá de manera general en los resultados.

Este ya no será tomado en cuenta al momento de contabilizar las cédulas para designar el porcentaje total que le corresponde a cada agrupación política.

Dicho en otras palabras, los votos en blanco o nulos no representarán parte del total contabilizable, según la Ley Orgánica de Elecciones (Ley N° 26859), la cual ordena que no entren en el cómputo general. Para entender mejor, ponemos un ejemplo:

En un primer momento, los resultados que te presentarán serán de la siguiente forma:

Total de votos: 1.000

  • Partido A: 500 votos (50%)
  • Partido B: 250 votos (25%)
  • Partido C: 150 votos (15%)
  • Votos blancos o viciados: 100 votos (10%)

Sin embargo, al momento de contabilizar los votos válidos, los porcentajes cambiarán, pues se restarán los votos en blanco o viciados. Así tenemos:

Total de votos: 900 (1.000 del total – 100 de los viciados o en blanco)

  • Partido A: 500 votos (55,56%)
  • Partido B: 250 votos (27,78%)
  • Partido C: 150 votos (16,66%)

Como se ve, al no incluirse la cantidad de votos nulos o blancos en el universo de votos contabilizados, el porcentaje empieza a subir o favorecer en gran o menor medida a algunos partidos o agrupaciones.

Imagínese que, si para pasar la valla electoral, el Partido C necesitaba 15.5% de votos. Si no hubiera existido votos nulos o viciados, este hubiera desaparecido porque se hubiera quedado solo con 15%; sin embargo, al haber existido la otra contabilización, este pudo lograr pasarla con 16,6%.

Entonces, dependiendo de la cantidad de votos en blanco o viciado, a la hora de definir la cifra repartidora (escaños por agrupación política), esta empieza a variar porque se reduce el universo de electores.

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