Los momentos más críticos ponen a prueba nuestra fe y voluntad. En medio de la desgracia y el dolor, surgen historias dignas de imitar. Sin esperar nada a cambio 15 pescadores artesanales de la Islilla-Paita, se trasladaron con sus propios medios hasta Viduque-Catacaos, uno de los caseríos más afectados por el desborde del río.
El lugar que hasta el lunes por la mañana era habitado por mil personas quedo en cuestión de minutos rodeado por el agua, obligando a los habitantes a refugiarse en las partes más altas. Así quedaron a salvo pero aislados.
Siendo conscientes de que sus herramientas y habilidad podían ayudar no dudaron en venir a apoyar: “Nos vimos en la obligación de apoyar y hemos logrado sacar enseres, muebles, camas, roperos, gente y comida” señala Percy Bayona Vite (54) líder de este grupo de héroes anónimos.
Con sus tradicionales naves hechas de palo balsa, lograron rescatar personas e incluso transportar a la prensa y pasear a algunos niños que miraban con extrañeza sus balsillas.
Bayona Vite indicó que muchos de sus compañeros están dispuestos a regresar si así se requiere. Lamentó no contar con una movilidad permanente para trasladarse hacia los sectores más alejados del bajo Piura para ofrecer ayuda.
Un gesto de nobleza de una población que hace poco también se vio castigada por las lluvias y que hasta ahora no se recupera, sin embargo conmueve el espíritu solidario y la decisión de apoyar más allá de sus posibilidades.
Acostumbrados incursionar con sus balsillas varias horas mar adentro, estos pescadores héroes lograron rescatar más de 600 personas, salvaron los escasos bienes de la población de Viduque, y nos demostraron que cuando la gente quiere la gente puede.
“Les pido que se unan y no abandonen a nuestros hermanos, pues todavía hay mucha gente por rescatar y que nos necesitan”, concluye Bayona Vite.