El presidente de PERUCÁMARAS, Óscar Zata Alcázar, afirmó que el Perú cierra el año con un panorama económico favorable, impulsado por una proyección de crecimiento cercana al 3 %, cifra que supera con amplitud el promedio de América Latina. Estas declaraciones las brindó durante su participación en un foro económico, donde también destacó que las perspectivas para el 2026 apuntan a un escenario igualmente positivo.
Crecimiento económico, pero aún insuficiente
Zata explicó que, según la exposición presentada por un representante del Ministerio de Economía y Finanzas, el país exhibe “cifras auspiciosas” y un desempeño que se mantiene “muy por encima de toda América Latina”. No obstante, advirtió que este crecimiento todavía resulta insuficiente si se considera el aumento de la población y la necesidad urgente de reducir los niveles de pobreza. Debido a ello, remarcó que el reto no solo es crecer, sino hacerlo con mayor intensidad y de forma sostenida.
La inseguridad ciudadana como principal freno
Aunque las condiciones macroeconómicas continúan siendo sólidas, Zata subrayó que el principal obstáculo para un despegue económico más acelerado es la creciente inseguridad ciudadana. Señaló que este problema afecta directamente la inversión privada. Además, perjudica especialmente a las pequeñas y medianas empresas y, en muchos casos, las obliga a cerrar sus operaciones. Por ello, insistió en que la recuperación económica dependerá, en gran medida, de la capacidad del Estado para garantizar un entorno seguro.
Obras paralizadas y baja ejecución presupuestal
Durante su intervención, Zata también cuestionó la falta de ejecución de obras fundamentales, especialmente en los sectores de turismo, agua y saneamiento, y agroindustria. Indicó que existen proyectos esenciales que llevan años postergados, pese a que cuentan con presupuesto aprobado. Como ejemplo mencionó la limitada infraestructura turística del país y la crítica situación de la represa de Poechos, cuyo nivel de almacenamiento continúa reduciéndose y afecta directamente al desarrollo agrícola de la región.
En esa línea, sostuvo que “en el país hay dinero, pero la política de ejecución es muy pobre”, lo que deteriora la competitividad y desalienta la inversión. Sin embargo, también señaló que observa señales de corrección en la gestión pública, por lo que proyectó que el 2026 podría marcar un punto de inflexión si se aceleran las inversiones estratégicas.

