Foto: Exitosa

Lo barato sale caro. Según un estudio del instituto Capeco, a nivel nacional el 80% de casas son informales, lo que significa que, ante un eventual sismo de alta magnitud o un huaico, son muchas más las viviendas que correrían riesgo de desplomarse o dañarse severamente que las que lo soportarían.

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Viviendas informales

En el Perú se construyen decenas de miles de viviendas informales al año. Pese a que vivimos en un país proclive a sufrir fenómenos naturales, no todos estos requisitos se cumplen. Según un estudio de Arellano Marketing, solo el 6% de la autoconstrucción en Lima consulta a un profesional.

Las consecuencias son negativas. “Hoy vemos el abuso del ladrillo pandereta como si fuera estructural, cuando en realidad solo se debe usar para tabiquerías. No está hecho para soportar una edificación”, afirma con preocupación Felipe García Bedoya, director del Instituto Capeco.

A esto se suma las edificaciones que se asientan en zonas de alto riesgo no mitigable, es decir, donde no hay posibilidad de contener un desastre natural, por ejemplo, un desborde del río o un huaico.

Casas multifamiliares

Uno de los errores más comunes es la autoconstrucción de nuevos pisos para convertir la casa en una vivienda multifamiliar. Aquí, nuevamente, se recurre a “empíricos de la construcción”, según el representante de Capeco. Cada familiar decide según su propio gusto y el albañil acata o recomienda sin conocimientos sólidos. Y surgen los problemas técnicos a solucionar.

¿Cómo lograrlo? Para la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI Perú), es necesario promover nuevas alternativas de fuentes de financiamiento, generar nuevos suelos.

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