Penal El Sepa. En los últimos días se ha hablado mucho sobre la reapertura del penal “El Sepa”, uno de los centros penitenciarios más recónditos del país y más seguros. En la siguiente nota conoce un poco más de su historia.

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Penal El Sepa: ubicación

La desmantelada penitenciaría de El Sepa está ubicada en el bajo río Urubamba, distrito de Sepahua, provincia de Atalaya, Ucayali. Esta ha sido objeto de intensos debates políticos en Perú. La congresista Heidy Juárez, del partido Podemos Perú, ha propuesto la reapertura de este temido penal, transformándolo en un centro de máxima seguridad para aquellos condenados por delitos graves. Esto con el objetivo de asegurar un aislamiento total del mundo exterior.

El proyecto de ley N.° 6973/2023-CR, presentado por la parlamentaria, plantea que esta medida aliviará el hacinamiento en las cárceles. Además garantizaría mayores niveles de seguridad para los internos considerados altamente peligrosos.

Rol del INPE

Para llevar a cabo esta propuesta, el proyecto exige al Instituto Nacional Penitenciario (INPE) implementar todas las medidas de seguridad necesarias para evitar cualquier comunicación no autorizada, excepto las permitidas durante las visitas programadas. Además, se dispone que el INPE, en colaboración con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, priorice las acciones y ajustes presupuestarios necesarios para la reapertura y operación del Establecimiento Penitenciario Sepa.

Penal El Sepa: ¿quiénes irían ahí?

La selección de reclusos de alta peligrosidad que cumplirán condena en esta nueva instalación será responsabilidad del INPE. La propuesta destaca la importancia de elaborar un perfil y un padrón actualizado anualmente de los internos más peligrosos a nivel nacional, en colaboración con el Poder Judicial.

La congresista Juárez fundamenta su propuesta en la percepción de que los actuales centros penitenciarios se han convertido en lugares donde la delincuencia persiste, burlando los controles de seguridad. En este sentido, sostiene que es imperativo trasladar a los delincuentes a cárceles más seguras.

Además, la parlamentaria resalta la ausencia de un penal de alta seguridad similar a Challapalca en el país, y señala que la ubicación estratégica de la cárcel del Sepa lo convierte en una opción viable para trasladar a reclusos peligrosos, cortando toda comunicación con el exterior mediante medios electrónicos.

La idea de la reapertura no es nueva y ha sido un tema recurrente en el discurso político peruano. Diversos líderes prometieron su reapertura durante campañas electorales como medida de mano dura contra la delincuencia y la corrupción. Sin embargo, estas propuestas han generado controversia entre organizaciones de derechos humanos, que las interpretan como signos de un discurso autoritario.

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