Indiscutiblemente, el fútbol es un deporte que trasciende más allá de la cancha, donde la jerarquía y la experiencia se erigen como pilares fundamentales. Pero, ¿qué sucede cuando a esos atributos se les suma un carácter inquebrantable y un espíritu indomable? El resultado es una historia de superación y resiliencia, personificada en el ídolo y leyenda del fútbol peruano, Paolo Guerrero.
Si bien su paso por Racing no fue lo que esperaba, con escasos partidos y dificultades salariales, Paolo Guerrero no se rindió. Sabía que su historia no podía terminar así. En lugar de darse por vencido, el capitán de la selección peruana decidió forjar su propio destino.
Lo que vino a continuación fue una epopeya que cautivó a todos los amantes del fútbol. Llevó el estandarte de la Liga Deportiva Universitaria de Quito (LDU) a lo más alto de la Copa Sudamericana. En una final que quedará grabada en la memoria de todos, Guerrero, con su característico temple, lideró a su equipo hacia la victoria, en una emocionante tanda de penales contra un ‘primerizo’ Fortaleza de Brasil.
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Funcionó contra Sao Paulo y Ñublense, pero hoy no se pudo
Era una cábala. Curiosamente, Paolo Guerrero en los partidos que se definieron por penales, no había errado ninguno. Contra Ñublense arrancó pateando y anotó, de igual forma con Sao Paulo. Pero, hoy su tiro al arco no finiquito en las redes de Fortaleza.
Una figura llamada Alexander Domínguez
La destacada actuación de Alexander Domínguez en la tanda de penales permitió que el equipo dirigido por Luis Zubeldía recuperara un título que ya habían conseguido en la temporada 2009.
El guardameta detuvo tres tiros desde los doce pasos y se destacó como la figura sobresaliente del partido que se llevó a cabo en el estadio Domingo Burgueño Miguel, ubicado en la ciudad uruguaya de Punta del Este.
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