El Cerro Azul, llamado también «la Silla del Diablo», es un macizo que alcanza los 385 metros de altura y forma parte de la antigua Cordillera de la Costa, que incluye también los cerros de Amotape y de Illescas.
Este lugar paiteño es la meta de caminantes, atraídos por las bondades de un paseo en medio de la naturaleza, y por la visión de la bahía de Paita que se ofrece desde la cima.
Sin embargo, la fama de este cerro como «lugar de poder», centro de energías misteriosas, por las noches convoca también a los buscadores de ovnis y a los brujos, que allí acuden para realizar sus ceremonias y pactos mágicos.
¿Cómo llegar?
Para ir a Paita desde Piura hay que tomar un bus en transportes Gechisa. En aproximadamente una hora llegarás hasta la ciudad. Desde allí tendrás que trasladarte al Cerro azul, donde te tomará cerca de una hora en movilidad.
¿Qué ver?
Desde la etapa pre inca, en este lugar se realizaban rituales de florecimiento y de solicitud de buenos augurios a los dioses. Hasta nuestros días, este lugar sigue siendo visitado por algunos chamanes para realizar ceremonias de limpieza y sanación.
Según ellos, en este lugar hay una energía cósmica propicia para desarrollar estas ancestrales costumbres. También hay quienes lo utilizan con fines de rituales de magia negra para dañar a sus adversarios.
Los que han tenido la oportunidad de llegar hasta sus alturas manifiestan que en dicho lugar se encuentran chivos, ovejas, cerdos, entre otros animales ariscos.
Los pobladores de este lugar aseguran que el mejor tiempo para caminar por estos lugares es durante la tarde, pues en la noche ocurren hechos extraños.
Según los pobladores, en la oscuridad se iluminaba la parte mas alta del cerro, se escuchaban cánticos o música, se veían figuras cabalgando irradiando brillo por todo el cerro, etc.
Hay tres mitos sobre la luz del cerro azul: la luz la emana un animal prehistórico; es reflejada por un mineral o una piedra; o se veía porque era la base de naves extraterrestres.
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Además, existe una leyenda que cuenta que asegura que el cerro está encantado. «Un señor de Yacila decidió ir a ver esa luz brillante como oro, cuentan que desde que se fue no volvía a su hogar. Los familiares preocupados decidieron ir a buscarlo pero no encontraron nada. Estos aseguran que el Cerro Azul está encantado», dice la historia.
Los visitantes llegan hasta este lugar para observar el panorama de Paita y por curiosidad debido a sus extrañas historias.
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