Este jueves, el premio nobel de la paz chino Liu Xiaobo murió dentro de prisión a los 61 años. Liu Xiaobo, quien dedicó su vida a luchar por la libertad y los derechos en China, murió a causa de un cáncer de hígado.
El Ayuntamiento de Shenyang, la ciudad donde se encontraba ingresado en un hospital, ha anunciado la muerte a los 61 años del opositor del gobierno chino que reclamó, más alto y más claro que nadie, la democracia para su país.
El cáncer de hígado diagnosticado demasiado tarde, en la cárcel donde cumplía once años de prisión por “subversión”, finalmente le ganó la batalla.
El nobel fue condenado por publicar escritos en los que criticaba el Partido Comunista Chino y ser uno de los ideológos de la Carta 08, la que sería un manifiesto en el que se pedían reformas democráticas como la separación de poderes del estado o la implantación de la democracia.
Su castigo, dictado el 25 de diciembre de 2009, 11 años de cárcel por «subversión», una pena severa para una de las voces que más fastidiaba a las autoridades chinas.
Algunos defensores de los derechos humanos acusan al gobierno de negligencia voluntaria para deshacerse del hombre que mencionó no tener ni enemigos ni odio, pero que Pekín consideraba su principal adversario político interno.
Liu pasó sus últimos días en el hospital universitario número uno de Shenyang, en el noreste de China, a donde fue trasladado después de que se le descubriera el cáncer, el 23 de mayo.
Ni la poetisa Liu Xia, esposa de Xiaobo, ni amigos cercanos podían visitarlo o acercarse al lugar. La familia dejó claro que su última voluntad era recibir tratamiento médico en el extranjero pero Pekín lo rechazó.
Apesar que dos médicos extranjeros que pudieron verlo mencionaron que su evaluación era posible pero que se debía hacer pronto, Pekín argumentaba que ya estaba demasiado enfermo para plantearse ningún traslado.