En un esfuerzo por visibilizar y abordar una problemática estructural que afecta a miles de mujeres en la región, la Universidad de Piura (UDEP) presentó el estudio “Diseño y validación de medidas de formalización en bodegas de barrio lideradas por mujeres, en los distritos de Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre”. La investigación, desarrollada por los docentes Sergio Reyes Landa y Brenda Silupú Garcés, identifica las principales barreras que enfrentan estas emprendedoras y propone soluciones concretas para facilitar su tránsito hacia la formalidad.
El estudio revela que cerca del 90 % de las micro y pequeñas empresas en Piura operan en la informalidad, y de ese total, aproximadamente el 58 % son conducidas por mujeres. Muchas de estas bodegas están ubicadas en zonas urbano marginales y constituyen la principal fuente de ingresos para sus familias. Sin embargo, según explicó el Mgtr. Sergio Reyes, no existen registros administrativos actualizados que permitan dimensionar con precisión la magnitud del problema, debido a que la mayoría de estimaciones se construyen a partir de fuentes secundarias.
Para superar esta limitación, el equipo de investigación desplegó encuestas, entrevistas y grupos focales financiados por el Vicerrectorado de Investigación de la UDEP. Gracias a este trabajo de campo, los investigadores pudieron identificar que la informalidad no solo limita el crecimiento empresarial, sino que también excluye a las mujeres de oportunidades como el acceso a financiamiento, programas de apoyo estatal y la formalización laboral de sus colaboradores.
Producto de este análisis, los investigadores propusieron tres estrategias integrales para enfrentar el problema. La primera se enfoca en fortalecer el capital humano y subraya la importancia de reconocer a la familia como el núcleo de apoyo que permite a las mujeres sostener sus negocios. “Las propias bodegueras señalan que sus hijos y entorno familiar son el motor que las impulsa a seguir adelante”, explicó Reyes.
La segunda medida apunta a la implementación de un capital semilla con enfoque responsable. Esta herramienta debe estar acompañada de un plan de inversiones claro, que las bodegueras puedan ejecutar de manera rigurosa para mejorar las condiciones operativas de sus negocios.
La tercera estrategia plantea establecer procesos de capacitación sostenidos y personalizados, no limitados a sesiones aisladas, sino concebidos como una oportunidad para que las emprendedoras diseñen planes de inversión sólidos y accedan a fondos específicos, como el “Fondo Bodega”, o becas educativas como “Creciendo”.
Además, Reyes hizo un llamado a conformar un ecosistema articulado entre el sector público, privado y la academia, que permita la implementación efectiva de estas medidas en el territorio. “Un problema estructural y multidimensional como la informalidad no se puede resolver de manera aislada. Requiere sinergias. Por ejemplo, una beca puede ser financiada por el sector privado y gestionada por el Estado, con el acompañamiento de la universidad”, señaló.
Finalmente, el estudio insiste en que el reto de la formalización debe ser asumido como una política pública con enfoque de género y territorio, que transforme la realidad de las mujeres bodegueras y les permita acceder a mejores condiciones de vida, sostenibilidad económica y autonomía financiera.