Los sombreros de paja toquilla, herencia y una tradición que se resiste a morir | Por: Arantxa Valladares, estudiante de Comunicación de la Universidad de Piura.
Bajo el abrasador sol piurano, un hilo de tradición y de elegancia se entreteje con la cultura local. Los sombreros de paja toquilla, más que una simple prenda, son un símbolo de identidad en esta tierra norteña del Perú. Su historia se teje con los hilos de generaciones de artesanos, quienes transforman las fibras naturales de una palmera en una rica herencia cultural. Sin embargo, a pesar de su importancia para la cultura, los artesanos se enfrentan a diversos desafíos que ponen a prueba la resistencia de este legado centenario.
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Esta tradición de tejer sombreros de paja toquilla, pese a que ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2013, se remonta a siglos atrás. Según Maribel Solano Silva, presidenta de la Asociación de Artesanas Virgen del Pilar, Catacaos se convirtió en un importante centro sombrerero en los siglos XVIII y XIX. Este arte es parte de la rica herencia cultural de la región y se transmite de generación en generación, pero que, según Solano, hoy en día está desapareciendo.
Proceso de fabricación
La paja toquilla, una fibra de palmera que crece en las zonas costeras de Perú y Ecuador, es el corazón de este folclore. Los artesanos seleccionan cuidadosamente la fibra, la lavan en tinajones de acero y la blanquean en hornos de madera. Una vez preparada, la tiñen con colores naturales y anilinas, creando una amplia paleta de tonos vibrantes. El proceso es laborioso y requiere destreza y paciencia, y es uno de los secretos mejor guardados de los artesanos.
Solano explica que existen varios tipos de sombreros, desde los gruesos hasta los extrafinos, y la elaboración de cada uno varía en tiempo y complejidad. Mientras que, los sombreros más gruesos pueden terminarse en una semana, los sombreros extrafinos requieren hasta dos meses para que se complete un proceso que apuesta por la finura del tejido.
«La creatividad es la clave»
Araceli Chero Mendoza, miembro de la Asociación de Artesanas Ñari-Walac de Pedregal Chico, señala que cuando se trata de diseñar los sombreros, la creatividad es clave. Los artesanos buscan inspiración en la rica historia cultural de la región, así como en diseños contemporáneos. También exploran patrones de otras partes del mundo, adaptándolos a la paja toquilla. La combinación de colores y la creación de diseños son procesos que los artesanos realizan de forma intuitiva, buscando la armonía y la belleza en cada pieza.
A pesar de los desafíos que impone la modernización, la labor de estas apasionadas artesanas es esencial para preservar la tradición. Por esta razón, las asociaciones como Virgen del Pilar y Ñari-Walac, que respaldan a 200 talentosos artesanos en cada una de estas agrupaciones, están dedicadas a involucrar a las nuevas generaciones y transmitir sus destrezas a través de talleres que fomentan la enseñanza a niños y jóvenes. De esta manera, se asegura que el legado de los sombreros de paja toquilla continúe prosperando. “No queremos que este arte se pierda, más bien queremos rescatarlo”, dice Solano.
Reconocimiento
El valor cultural de los sombreros de paja toquilla en la sociedad no puede subestimarse, sobre todo por su alto valor en el exterior. Las ferias y exposiciones son el escenario perfecto para aumentar las ventas. En la Feria Internacional de Artesanía Ruraq Maki, los sombreros de paja toquilla son admirados por su calidad y belleza. Sin embargo, Araceli Chero insta a las autoridades a ampliar las oportunidades de participación en ferias internacionales, ya que cree firmemente en la capacidad de los artesanos para competir.
“Está muy difícil la situación, se nos complica bastante porque imagínate tejer un sombrero por 15 días para no venderlo y pasa un mes, dos meses, ahí vemos bastante disminución en los ingresos económicos, pero cuando vamos a ferias aprovechamos, y se gana un 30 % del producto para el artesano”, comenta.
Sostenibilidad
Asimismo, señala que hay una falta de respaldo por parte de las autoridades para cubrir los costos de pasajes y alojamiento durante la participación de los artesanos en ferias que se realizan en las distintas regiones del país. Según Chero, cada asociación debe costear sus propios gastos, ya que no reciben el apoyo que solicitan a la municipalidad. Aunque el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) proporciona stands gratuitos, considera que sería necesario que la cobertura fuese del 100 %.
Además, expresa que debería existir un mayor reconocimiento y apoyo para los artesanos de mayor edad, incluyendo la posibilidad de establecer pensiones para aquellos que han dedicado toda su vida a la artesanía. “Debería de haber una pensión para el artesano porque ese artesano ha dado su vida. Él se ha enfocado, ha dedicado su vida en el tema de la artesanía y ya cuando llegas a perjudicarte la visión y llegas a una edad… es lo único de lo que has vivido y ya no tienes un sustento”, declara.
Impulso a artesanos
No obstante, Ruth Oliva, gerente de Desarrollo Económico Local de la Municipalidad de Piura, argumenta que los artesanos, de los distintos rubros, solo pueden acceder a los beneficios gubernamentales si están debidamente inscritos en el Registro Nacional del Artesano (RNA). También añade que la intención de la municipalidad es promover, dar un impulso inicial a aquellas artesanas que están empezando a surgir para que puedan crecer y tener éxito en la industria.
«Buscamos nuevos talentos y tratamos de darles nuevas oportunidades a las nuevas generaciones de artesanas que están surgiendo, mientras que a las más tradicionales les damos menos apoyo porque ya tienen una asociación más sólida (…) Podrán decir que ya no se les invita a las ferias, pero es porque nosotros tenemos ferias bien mapeadas y le damos prioridad a que ellas artesanas que están surgiendo”, expresó Oliva.
Dato
Esta nota ha sido elaborada por estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura. Colaboraron: Aranxta Valladares (redacción); Pablo García, Arantxa Valladares, Giusseppi De La Cruz, Atenas Vega, Víctor Adrianzen, Lourdes Atoche (investigación/entrevistas) y Víctor Adrianzen y Lourdes Atoche (fotografía)
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