Sin lugar a dudas, siempre la vocación por el servicio público en democracia pasa por someterse a las reglas propias de la misma. Las autoridades deben ser elegidas en un marco de absoluta neutralidad, imparcialidad, legalidad y legitimidad. Sin embargo, el sistema político siempre tiende en el tiempo a irse perfeccionando a sí mismo. Buscando la mejora en la calidad de la institución electoral, se debaten nuevas e innovadoras figuras jurídicas.
Todas en beneficio de lo mismo. Mejorar el sistema democrático y político de un país. Cuando se debatía en los años 90 la nueva Constitución Política del Estado, se señalaba en aquellos tiempos que los partidos democráticos no le otorgaban espacios a los independientes para que estos participen en política. Y entonces la Constitución y todo el aparato legal del Estado trabajaron en ese sentido y con esa direccionalidad.
Hoy la legislación electoral tiene toda una armazón dirigida a facilitar la participación de los independientes. Sin embargo, 20 años después podemos constatar que el Sistema Político Democrático no solo no ha mejorado sino que se ha envilecido. Hoy justamente, trataré de explicar las razones de uno de los extremos de ese envilecimiento. La legislación actual electoral en mi opinión favorece la Competencia Desleal entre los movimientos independientes locales y regionales, por un lado, y los partidos políticos que son el sustento de la democracia, por el otro. Veamos sino.
Resulta que si un grupo de ciudadanos desea formar su movimiento independiente en su distrito o provincia. Pues, muy simple, va a la ONPE y compra su Kit Electoral. Y junta sus firmas con mucho tiempo y anticipación. Como es un movimiento electoral local o provincial, este tiene un dueño. No un presidente formal ni un Jefe (Vamos que si lo puede tener en los documentos. Pero la realidad es otra).
Lo que tienen es un dueño. Y claro teniendo un dueño, simplemente se reúnen y llenan la documentación respectiva. Casi nunca tienen congresos, ni plenarios. No tienen actividad partidaria alguna. Simplemente cada 4 años se reúnen y hacen campaña.
La política por lo tanto ha quedado institucionalizada como una simple reunión de amigos para competir y ganar el Poder cada 4 años. Sin perspectiva ni mayor preparación. Pero además a lo ya expuesto, también existe una perversión de la norma en perjuicio de los partidos políticos y en beneficio desleal de los movimientos independientes. Y eso trastoca no solo la democracia sino que envilece la política. Veamos.
Los movimientos independientes locales o provinciales tienen a la mano al dirigente para que este firme las Actas, las Resoluciones autorizando las candidaturas. Y como hay un «dueño» del movimiento. Salen con logotipo, con nombre y con propaganda con suma anticipación a hacer sus campañas políticas.
Mientras los partidos políticos deben esperar que sus Comités Centrales que se encuentran en la capital decidan cuando salen. El asunto es que justamente por ser elecciones provinciales, locales o regionales a los dirigentes limeños éstas no le despiertan mucho interés. Y bueno. Mientras toman sus decisiones.
Y dan las normas y convocan pasan los meses y los partidos políticos se encuentran estáticos. Y muchas veces erráticos. Cuando toman las decisiones los Comités Centrales Nacionales, ya se perdió valioso tiempo con las consecuencias que eso implica.
Esta realidad constante trae no solo el desprestigio de los partidos políticos, sino la idea firme y perenne que para participar en el Perú con más eficacia y democracia en el sistema político debes dejar tu partido y mejor formar tu movimiento independiente. Pues este, será tuyo y no tendrá las cortapisas legales que hoy existen y que traban el desarrollo y crecimiento de los partidos políticos.
La solución ante este armatoste anti partido no es destruir a los independientes sino eliminar todas las barreras que alientan la Competencia Desleal. Y es simple. Solo hay que darle las mismas facilidades y facultades que tienen los movimientos independientes distritales, provinciales y regionales a los partidos políticos. Y eso es simple.
La legislación electoral debe establecer aristas simples que facilitarían la Igualdad en la competencia. Recomendamos las siguientes:
1.- Una vez concluidos los mandatos de los Comités Regionales, Provinciales y Distritales de los Partidos la ley debe obligar a que existan elecciones internas para elegir a sus nuevas autoridades partidarias en forma inmediata. Y no esperar que las cúpulas limeñas convoquen. La convocatoria debe estar en la Ley. Establecido el plazo y la modalidad de elección. Las elecciones deben ser directas y universales mediante la modalidad de un militante, un voto. Y dichos procesos deben ser dirigidos por la ONPE y con intervención del JNE.
2.- La Ley debe establecer que los Comités Regionales, Provinciales y Distritales en una fecha determinada y establecida por Ley debe iniciar el proceso de participación electoral municipal y regional. Y son estos comités quienes deben expedir sus Resoluciones y Actas para que se inscriban en los organismos electorales respectivos y por lo tanto puedan salir en igualdad de condiciones en tiempo y espacio que los movimientos independientes a luchar palmo a palmo en su oferta electoral. Eso facilitaría no solo una competencia leal y transparente sino una efectiva descentralización de los partidos políticos en la toma de decisiones.
Con estas dos modificaciones habremos avanzado mucho en poner a los partidos a tono con la modernidad. Me parece increíble que el Estado esté alentando la destrucción de los partidos políticos. La política debe seguir siendo un instrumento de participación total en el mejoramiento de la nación y la Ley debe facilitar la competencia leal y transparente. Ni más ni menos.