El desborde del río Piura en 2017 dejó a la urbanización Miraflores sumida en el caos. Mientras las autoridades intentaban contener los daños en las defensas ribereñas, las familias de Miraflores veían sus calles anegadas y sus viviendas cubiertas de lodo.
La reconstrucción comenzó en el interior de sus hogares, pero la situación en el exterior seguía siendo preocupante. Las calles, intransitables, se convirtieron en un obstáculo para la calidad de vida de sus habitantes.
Ante la falta de atención de las autoridades, los vecinos de Miraflores decidieron organizarse. Protestaron ante el Gobierno Regional de Piura, exigiendo la mejora de sus calles. Este movimiento espontáneo fue el inicio de un proceso de gobernanza ciudadana que culminaría en la creación de la Junta Vecinal Comunal (JUVECO), liderada por Flor Infante. La JUVECO, una organización de vecinos, sería clave para representar a la comunidad ante las autoridades
El camino hacia la recuperación no fue fácil. A pesar de las protestas y la organización, las autoridades solo consideraron 11 calles de Miraflores como afectadas. Esto generó descontento y desconfianza en la comunidad. Sin embargo, la JUVECO persistió, logrando una reunión con el gobernador regional. Esta fue la clave para que se formulara un proyecto integral que incluiría la mejora de las 59 calles de la urbanización.
El proyecto avanzaba, pero surgió un nuevo obstáculo cuando el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) observó el proceso de licitación. Desanimados, los vecinos comenzaron a perder la esperanza. Fue en ese momento cuando la Red de Integridad Piura ofreció su apoyo a la JUVECO. Juntos, aplicamos estándares de integridad para vigilar el proceso, asegurando la transparencia y efectividad del proyecto.
En julio de 2022, comenzó la ejecución de la obra. Hoy, las calles de Miraflores lucen renovadas, con pavimento de concreto, veredas, sardineles y áreas verdes. Lo que empezó como un momento de crisis se convirtió en un ejemplo de cómo la organización ciudadana puede lograr grandes obras.
“Si no nos hubiéramos organizado, no habríamos logrado nada. Ahora somos vigilantes de los proyectos en nuestra comunidad”, finaliza Flor Infante, satisfecha por el impacto del trabajo de la Junta Vecinal en la calidad de vida de las personas.