Esta mañana, Walac Noticias visitó los módulos de atención y reserva de cita del hospital regional Cayetano Heredia.
El panorama allí fue desalentador. Inmensas colas de todos los módulos de dicha sala. Las colas de atención preferencial eran de más de 9 personas esperando su turno, ancianos esperando de pie que les llamen a su cita porque los asientos estaban ocupados.
Conversamos con tres familiares de los usuarios de EsSalud y la queja que presentaron estas personas fue una sola: El neumólogo Gilbonio Cabrera Alejandro no asistió a cumplir con las citas programadas para los pacientes provenientes de Querecotillo, Canchaque y San Lorenzo.
La indignación compresible de Norma Ruesta Valdiviezo, hija de doña Agusta Valdiviezo Santín de 88 años, ambas residentes en el distrito de San Lorenzo; por traer a su madre en mal estado de salud y conseguirle como sea un asiento para que espere su cita desde las 7 de la mañana (siendo la hora de la entrevista aproximadamente al mediodía).
Norma Ruesta nos enseñó las recetas médicas de parte de atención particular. Según ella la cita estaba programada desde julio para el 1 de setiembre, pero en el lapso de espera hasta la fecha indicada, doña Agusta se sintió mal y no le quedó más opción que consultar a un médico particular.
Un caso similar era el de Medardo Porras Romero, un anciano de 93 años cuya cita estaba programada para las 9:24 de la mañana con el mismo neumólogo: Gilbonio Cabrera.
Medardo Porras Livia, hijo del paciente, se acercó a nosotros para denunciar la «falta de humanidad» de parte del personal médico del hospital al no tener consideración alguna en hacer esperar por horas a personas mayores que requieren atención médica.
Ambos llegaron desde el distrito de Canchaque para ser atendidos por el médico que ni siquiera se reportó a la jefatura del hospital para justificar su falta, según lo que les informaron los trabajadores administrativos correspondientes a dicha área.
La última persona que se acercó a nosotros para indicar que también daba la cita por perdida fue José Santos Alburqueque Quintana, esposo de la paciente Rosa Vilela de Alburqueque.
Rosa tenía programada su cita para las 7:12 de la mañana y llegó muy temprano desde Querecotillo, pero pasaron más de 4 horas y seguía esperando que el mismo médico se apareciera en el consultorio.
Estos 3 casos que logramos difundir no son más que una pequeña muestra de situaciones similares por la que pasan piuranos de diferentes puntos de la región al programar sus citas con anticipación y que el médico responsable de la atención, no llegue sin dar reporte de su falta a la jefatura correspondiente.