Un equipo de astrónomos de la Universidad de Michigan acaba de encontrar nuevas y «excitantes» evidencias de que existe un nuevo y aún desconocido «Planeta nueve» en nuestro Sistema Solar, más allá de la órbita de Plutón. El extraño comportamiento de una lejana roca, en efecto, podría ser la clave del descubrimiento que los astrónomos llevan años esperando. El hallazgo se acaba de publicarse en arXiv.org.
El objeto que ha dado la nueva pista se llama 2015 BP519, y según los investigadores bien podría tratarse de un planeta enano. Lo más interesante de esta roca, sin embargo, es que no se encuentra en el mismo plano que el resto de los planetas de nuestro sistema, que forman un disco, sino que su órbita forma con el plano un ángulo de 54 grados.
Una de las explicaciones más probables para este extraño comportamiento es, precisamente, la existencia de otro planeta, uno que estaría en los confines mismos del Sistema Solar y que, para que 2015 BP519 esté donde está, tendría que tener una masa equivalente a la de diez Tierras.
Según David Gerdes, uno de los autores del estudio, «Desde luego, esto no basta pra probar que el planeta Nueve exista, pero yo diría que la presencia de un objeto como 2015 BP519 en nuestro sistema refuerza bastante la idea».
La nueva pista fue encontrada en los datos del «Dark Energy Survey»,que trata de hacer mapas de materia oscura mucho más allá del Sistema Solar. El extraño objeto también encaja con las predicciones llevadas a cabo hace un par de años, cuando otro equipo de investigadores notó la extraña alineación de varios objetos del Cinturón de Kuiper (KBO por sus siglas en ingles), en los límites del Sistema Solar conocido.
De hecho, seis de estos KBO parecían estar siendo «forzados» a mantener su alineación orbital por un noveno y enorme planeta oculto. Y en 2016, los astrónomos Konstantin Batygin y Michael Brown, del Instituto de Tecnología de California, ya sugirieron que en el futuro podrían encontrarse otros objetos con grandes inclinaciones orbitales.
¿Qué es exactamente el caso de 2015 BP509?
Gerdes y su equipo llevan desde 2014 haciendo cálculos y simulaciones para tratar de comprender cómo ese extraño objeto pudo llegar a ocupar su posición actual. Y la explicación de un desconocido planeta gigante terminó siendo la única opción posible para que las simulaciones funcionaran y mostraran exactamente lo que ven los telescopios.
«En cuanto colocas el Planeta Nueve en las simulaciones -explica Juliette Becker, otro de los miembros del equipo- consigues, absolutamente, formar objetos como 2015 BP509».
Los propios investigadores, sin embargo, admiten que se necesitaría encontrar más objetos similares antes de probar la existencia del Planeta Nueve. De hecho, otra posibilidad sería que en el Sistema Solar primitivo hubiera algo, que desconocemos, que podría haber dado a 2015 BP509 la «patada gravitatoria» que necesitaba para colocarse donde está en la actualidad.
A pesar de eso, el hallazgo de esta extraña roca es una pista de lo más tentadora, que apunta a la posibilidad de que tengamos otro planeta, y de los grandes, orbitando alrededor del Sol. Los investigadores creen que, si finalmente se descubre, el Planeta Nueve será un gigante oscuro y helado, debido a la gran distancia a la que se encuentra del Sol.