La Defensoría del Pueblo encendió las alertas tras confirmar un preocupante incremento en los casos de feminicidio y desapariciones de mujeres durante los primeros seis meses del 2025. La entidad reportó 78 crímenes por razones de género, lo que representa un aumento del 11.4 % respecto al mismo periodo del año pasado. El mes de marzo fue señalado como el más crítico hasta el momento.
Más desapariciones en niñas, adolescentes y mujeres adultas
Junto al repunte en feminicidios, también se registró un incremento alarmante en los casos de desaparición de mujeres. El informe revela que las desapariciones de mujeres adultas crecieron un 31 %, mientras que los casos en niñas y adolescentes aumentaron un 41 %. La Defensoría advirtió que estos indicadores reflejan una grave situación de riesgo y vulnerabilidad.
Exigen fortalecer la respuesta institucional ante la violencia
Frente a esta situación, la Defensoría instó a reforzar los mecanismos de protección para las víctimas de violencia de género. Una de sus principales recomendaciones es la implementación de un nuevo protocolo interinstitucional. Este tiene que garantizar una respuesta rápida y coordinada ante los casos de desaparición en contextos de riesgo.
También planteó la necesidad de evaluar el funcionamiento de los sistemas de búsqueda y los canales de denuncia existentes. Ello con el fin de identificar vacíos en la atención y mejorar el seguimiento de los casos reportados.
Llamado a priorizar el enfoque preventivo y de género
La entidad subrayó que cualquier intervención debe incluir enfoques preventivos y de género, así como una mayor articulación entre las instituciones del Estado. Solo con una acción conjunta, añadió, será posible responder adecuadamente a esta problemática estructural.
Además, insistió en la urgencia de contar con información sistematizada, pública y actualizada, que permita diseñar políticas públicas más eficaces y supervisar el cumplimiento de los compromisos asumidos por los distintos niveles de gobierno.
La Defensoría concluyó su pronunciamiento recordando que la violencia de género debe ser una prioridad sostenida del Estado, que requiere más que intervenciones puntuales: necesita presupuesto, voluntad política y trabajo intersectorial continuo.