Dejar que los niños lloren constantemente, sobre todo si son bebés, es catalogado como un modo de tortura y puede tener secuelas en la construcción de su personalidad, llevándolos a convertirse en seres desconfiados y hasta violentos con otros o consigo mismos.

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Así lo manifestó Rodolfo Pomalima, director ejecutivo del área de Niños y Adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), durante el programa Saludable Mente de Andina Canal On Line, en el que pidió a los padres estar atentos a las solicitudes de sus hijos, sin importar la edad que tengan.

Cuestionó asimismo la creencia de que los bebés lloran con el propósito de manipular a sus padres.

“Es una tortura dejar llorar a los niños y esto se eleva a la enésima potencia si además los castigamos física y psicológicamente. El niño llora porque está estresado, porque necesita algo. ¿Cómo podría manipular un niño de 12 meses, dos años o tres años a su madre o su padre? Eso es totalmente falso”, señaló.

Cuando un niño llora sin consuelo se llena de estrés. Durante este proceso secreta cortisol, una hormona con la que puede intoxicar su cerebro en pleno crecimiento, alertó.

El experto explicó que los vínculos que se establecen con el bebé son decisivos para que se forme como una persona segura, estable y se sienta querida.

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