La expansión de la minería ilegal en Piura preocupa a comunidades y especialistas. Martín Zeta Flores, docente de la Facultad de Ingeniería de Minas de la Universidad Nacional de Piura (UNP) e investigador Renacyt, advirtió que la actividad ilegal ya desbordó zonas como Suyo y amenaza con extenderse hacia Tambogrande, poniendo en riesgo la agricultura y la seguridad de la población.
Minería ilegal sin control social ni ambiental
Zeta señaló que la minería ilegal opera sin compromisos ambientales ni sociales, a diferencia de la pequeña minería artesanal que busca formalizarse.
“En Suyo se ha generado un clima de violencia con enfrentamientos, muertes no registradas y presencia de armas. Es tierra de nadie”, advirtió.
El especialista explicó que detrás del rechazo a la minería formal se esconde un peligro mayor: grupos ilegales que ingresan silenciosamente para comprar terrenos en Tambogrande y extender sus operaciones.
“Los campesinos serán los más perjudicados”, alertó.
Contaminación y uso de mano de obra infantil
En el plano ambiental, Zeta sostuvo que la minería ilegal utiliza mercurio sin control y vierte los residuos a ríos y quebradas, contaminando suelos y aguas subterráneas. Además, denunció que incluso emplean a menores en el chancado del mineral bajo condiciones precarias.
Críticas al proceso de formalización minera
El investigador también cuestionó el fracaso del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), creado en 2012. Indicó que el instrumento ambiental que exige se volvió ineficaz y que el Gobierno Regional no aplicó sanciones, lo que permitió que la actividad se desborde.
Poder económico de la minería ilegal
Finalmente, Zeta advirtió que el poder económico de esta actividad ilegal ya supera al narcotráfico.
“Más del 60% de los ingresos del oro ilegal sobrepasó a lo generado por la cocaína. El narcotráfico ya invierte en minería”, afirmó, pidiendo que el Estado actúe con firmeza antes de que la amenaza llegue a Tambogrande.