El liderazgo es una condición básica del político o de aquel que pretenda serlo. El liderazgo no solo requiere tener una visión de lo que se quiere, también requiere planificación de objetivos realizables y sobre todo coraje. Esto último requiere definitivamente cierta dosis de riesgo y de arrojo para lograr aquello que se quiere lograr. También requiere mucha responsabilidad y valentía para asumir el costo de los posibles errores. La aceptación de los mismos no es un signo de debilidad sino más bien todo lo contrario. Son señales claras de fortaleza.
Ver recientemente al señor gobernador regional de Piura hacer pública su incapacidad de liderazgo ante la Comisión Investigadora del Consejo Regional no solo fue deprimente, fue más allá. Hizo público que ha abdicado sus funciones en su asesor.
Aquel día todo Piura pudo apreciar que el que habla, opina, insulta y decide es el señor Bertini. Es éste el que manda. Y al menos parece que el llamado Rey es un hombre sin personalidad ni mando. Verle acompañar a su asesor como si le llevara sus documentos fue algo desolador.
Estamos ante un gobernador no solo incapaz de liderar ni de gobernar, sino que simplemente serviría para hacer comerciales y tomarse fotos. Tenemos en Bertini al verdadero Rey. Y el papel que cumple el Rey es el de un simple Bertini. Esa peligrosa combinación no solo es preocupante sino lacerante, pues, si tal como todos lo hemos visto; esto es así, estamos ante el innegable hecho que el autor de la propuesta de “ROMPAMOS EL DIQUE EN EL BAJO PIURA”, es el verdadero amo del Ejecutivo en la región.
Esta escena nos ha probado que Piura está en manos no solo de un debilitado gobernador regional sino que quien gobierna Piura es un hombre sin límites morales y sin conocimientos mínimos de Estado.
Bertini es el gobernador de facto en nuestra región. Nadie lo eligió, pero es el quien decide. Y Rey solo es el Bertini. Aquél hombre sin carácter, cabizbajo, oscuro que solo sirve para hacer relaciones sociales.
Un hombre que no tiene entre sus prioridades el bien común es el que gobierna Piura. De facto controla el poder, decide funcionarios, decide obras. Tal vez sea quien ha puesto al frente a los funcionarios de las Ugeles que hoy dan el espectáculo público de la corrupción más grande jamás conocida en el sector Educación. Tal vez Bertini como titular del poder real sea el auténtico autor del desmanejo del sector Salud. Hoy Piura ya tiene muy claro quién nos gobierna.
La abdicación del poder real del Rey en Bertini nos ha puesto en evidencia cuán importante es la institucionalidad. Necesitamos verdaderos partidos políticos modernos y con líderes capaces de llevar a mejores destinos nuestra región. De hecho, hoy todo Piura ya sabe que Bertini es el Rey. Y el Rey tan solo un Bertini. Ni más ni menos.