Esta nueva corriente educativa propone que el estudiante asuma el liderazgo de su propio aprendizaje, adquiriendo competencias a medida de sus necesidades. Especialista de Ediciones Corefo, nos explica cómo esta metodología puede aplicarse en el aula.

La educación evoluciona y debe adaptarse a las necesidades de cada estudiante. Atrás quedó el modelo educativo en el que todos los alumnos aprendían, exactamente, lo mismo de la misma manera. La educación tiene que ser personal.

Los jóvenes de hoy no aprenden algo correctamente si no han comprendido primero qué pertinencia tiene y cómo puede aplicarse a su vida y beneficio. A esto se suma la necesidad de crear un modelo educativo que involucre al estudiante en su propio aprendizaje, como un proceso conjunto y activo.

A la medida

La Unesco detalla que el aprendizaje personalizado consiste en prestar especial atención a los conocimientos previos, las necesidades, las capacidades y las percepciones de los estudiantes durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Se trata, por lo tanto, de una formación centrada en el desarrollo del estudiante y no solo en cumplir con una currícula u obtener una calificación aprobatoria.

¿Cómo aplicar el aprendizaje personalizado en el aula? Marcial Santos, especialista de Ediciones Corefo, lo explica.

Docentes preparados y motivados.

Para personalizar el aprendizaje, los docentes tienen que presentar los conocimientos, las competencias, las conductas y los enfoques comprendidos en el programa de estudios de manera que despierten el interés de los estudiantes y les resulten valiosos, comprensibles y pertinentes.

Se trata de un arduo trabajo que requiere estrategias, dedicación, una gran capacidad de reflexión, revaloraciones constantes y atención al detalle. Esta manera de personalizar el aprendizaje puede llevarse a cabo con pocos recursos y un gran número de estudiantes.

Desarrollo de competencias digitales.

La pandemia del COVID-19 ha enseñado a estudiantes y alumnos la necesidad de saber cómo trabajar y desarrollarse en un entorno digital.

Más allá de saber cómo manejar una computadora, los estudiantes deben aprender a comunicarse y organizarse digitalmente, desarrollar una capacidad de análisis crítico frente a la información que encuentran en internet.

Además, expresar ideas y conceptos a través de las distintas plataformas y formatos digitales que existen y saber resolver problemas y situaciones reales que enfrentarán en el futuro.

Tomar control del aula.

Los ambientes en los que un grupo de estudiantes sentados en hileras recibe una clase magistral o escucha al docente leer textos en voz alta no tienen mucho de individual o personal.

El modelo de aula invertida invita a los alumnos a ser quienes guíen su propio aprendizaje, a través de la investigación, el trabajo colaborativo y la evaluación de su propio progreso. Durante este proceso, la tarea de los docentes es moldear la experiencia educativa de cada alumno y ayudarlo a dirigirse a su propio objetivo.

Enfrentando retos.

El aprendizaje personalizado no debe verse como una dinámica fácil y cómoda en la que el docente se limita a dejar que los estudiantes confirmen lo que ya saben o decidan qué les gustaría aprender sin asumir riesgos o plantearse desafíos.

El docente debe permitir que los estudiantes guíen ellos mismos el proceso de aprendizaje, pero al mismo tiempo tiene que fijar objetivos claros y desafiantes y mantenerse todo el tiempo unos pasos por delante. El objetivo fundamental de la educación es formar mejores personas, lo que a su vez construirá sociedades mejores. Esto no ocurrirá sin desafíos.

Uso de herramientas digitales.

Gracias a la tecnología, hoy existen distintas herramientas que ayudan a implementar el aprendizaje personalizado en el aula. Una de ellas es Google Classroom, que permite al docente gestionar un aula de manera colaborativa.

El servicio gratuito permite distintas funciones como dar clases en vivo, asignar tareas o compartir noticias y anuncios. Se trata de una plataforma que fusiona el aula virtual con las redes sociales y actúa de manera positiva como herramienta de blended learning.

Moodle es otra herramienta muy difundida en colegios y universidades. Está concebida para ayudar a los docentes a crear comunidades de aprendizaje en línea. Finalmente, Chamilo es una plataforma que ayuda a mantener la educación inclusiva y libre, pues funciona como un aula virtual de manera intuitiva y amigable.