Tiene 13 años y es una promesa en el fondismo. Jefferson Medina dejó el calor de su natal Tumbes y viajó a Lima con el apoyo del Comité Olímpico Peruano (COP), el Proyecto Legado y la Federación Deportiva Peruana de Atletismo (FDPA), a fin de reconocer su hazaña, tras ganar una carrera de ocho kilómetros, compitiendo descalzo.
Considerado una promesa en el atletismo, Jefferson Medina se emocionó luego de pisar por primera vez el Estadio Atlético de la Villa Deportiva Nacional (Videna), que, actualmente, es utilizado por los atletas olímpicos, como Gladys Tejeda y Cristhian Pacheco.
“Esperemos que Jefferson sea un buen deportista. Legado se suma a este reconocimiento, facilitando las instalaciones que se construyeron para los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos. Todo el sistema deportivo tiene que unirse para sacar adelante el deporte y apoyar al talentojuvenil”. Así lo afirmó Giorgio Mautino, asesor deportivo de Legado.
Estadía en Lima
El Proyecto Legado, como administrador del albergue del Estadio Atlético, brindó las facilidades para que Jefferson Medina, su mamá y su hermano de dos años, se hospeden y hagan uso de la infraestructura construida para Lima 2019.
Asimismo, Jefferson Medina podrá entrenar en el Estadio Atlético, durante su estadía, cumpliendo su sueño de correr en la pista que inauguró Usain Bolt, la misma que acoge competencias de nuestros atletas y Para atletas nacionales.
“Jefferson representa los sueños, porque él ha hecho realidad el suyo, impulsado por su mamá, a quien felicito por ayudarlo en este camino. Este nuevo Comité va a promover la captación de jóvenes talentos, a través del trabajo en conjunto entre instituciones, porque se pueden lograr cosas si seguimos unidos”, resaltó Renzo Manyari, presidente del COP
A su turno Luis Condezo, gerente administrativo de la FDPA, dijo que vienen gestionando con la liga de Tumbes, “para que Jefferson tenga un entrenador personal y cuente con una adecuada preparación”.
Sus inicios
Descubrió su pasión por las carreras, cuando corría junto a los caballos y animales que cuidaba en una de las chacras del caserío donde creció.
A sus cortos 13 años, cumplió su primer objetivo: ganar la carrera de 5 kilómetros, organizada en el distrito de Aguas Verdes. Lograrlo fue una tarea difícil, porque se preparó en sesiones a doble turno frente a un río, bajo la dirección y el aliento de su madre, Diana Pizarro.
Meses después, ella lo inscribió en otra competencia de velocidad. Fue así como Jefferson puso a prueba su exigencia en una carrera de 8 kilómetros, compitiendo otra vez descalzo y sin polo, en el calor de Tumbes, ganándose la admiración de los espectadores.
“Agradezco a todos por el apoyo que le brindan a mi hijo. Él quiere convertirse en un atleta, seguir en este camino. Me emociona ver que poco a poco cumple sus sueños”, expresó Diana Pizarro.