A nueve días del desborde del río, en Piura; sus calles ya no son las mismas, el barro y el polvo obliga  a los transeúntes a cubrirse con mascarillas. Paredes a punto de caer. Documentos mojados, que secan bajo el inclemente sol que vuelve a brillar; con la misma fuerza de los piuranos que ya empiezan a limpiar la basura de sus calles y negocios.

Estos días, quedaran grabados en la memoria de todos los que ahora tenemos que volver a levantarnos, y seguir siendo la ciudad de la exquisita comida, hermosas playas y bellos paisajes.

Visita nuestra galería.