Piura aún conserva esos rayos de sol que lo caracterizan, sin embargo, algunas cosas han cambiado en la ciudad del eterno calor, el tráfico automovilístico ha aumentado, la llegada de los supermercados ha generado una locura de compra por parte de los piuranos que, además, están ávidos de encontrar lugares que salgan de lo común. Uno de estos lugares es Vaudeville, un bar ubicado en la avenida Guardia Civil, que te traslada a los famosos cabarets de Francia al mismo estilo de la película Moulin Rouge. Para  Carlos Mendoza, especialista en marketing, esto responde al concepto  de ‘premiumización’, es decir, las personas buscan algo nuevo que antes no era usual encontrar

Para el psicólogo José Fiesta, este auge responde, en un principio, a una moda impuesta, pero con el pasar del tiempo, los locales temáticos reflejan la personalidad de sus comensales, ya que estos comparten momentos gratos con otros clientes que tienen sus mismos gustos. Por eso, Carlos Mendoza, explica que la moda tiene un ciclo de vida de tres meses y que después deja de estar en boga.

Otro de los bares que apuesta por un concepto distinto es Clandestino Bar, que desde hace cinco años está instalado en la ciudad. Renzo León, dueño del local, explica que Clandestino  nació de pura casualidad, ya que antes tenía un negocio de sanguchería, pero no le funcionó. Es así que se arriesgó junto a su esposa y un amigo a traer ese estilo bohemio de los bares barranquinos de la capital, ya que para él, la vida nocturna de Piura es  monótona. Ahora su establecimiento se ha convertido en una plaza cultural de artistas piuranos, donde pueden exhibir su talento.

Clandestino es un bar piurano inspirado en los bares bohemios. Foto: Clandestino

“Hace unos años no existía esta propuesta, porque el mercado era incipiente” afirmó Humberto Maydana, docente de Administración de Empresas  de la Universidad de Piura (Udep). Para el especialista, el factor económico es lo que ha generado la apertura de estos negocios, ya que la población peruana ha manifestado un aumento en sus ingresos. Eso mismo comparte Guillermo Rios, administrador de Vaudeville, que en una noche puede llegar a tener la asistencia de 130 espectadores a sus shows de magia o stands up comedy.

Sin embargo, la prosperidad económica en la ciudad no es el único determinante para la sostenibilidad de estos bares y restaurantes temáticos, así lo ve Carlos Mendoza, quien explica que la permanencia de estos establecimientos debe estar basado en brindar una atención de calidad y  no estar supeditado al decorado del local. Esto lo tiene claro Troy Checa, administrador del Bar Marqués, un bar con estilo colonial que hace  recordar a la Piura de antaño. Para él, la atención al cliente es lo primordial, por eso, sus mozos están capacitados para ayudar al consumidor en la correcta elección de los tragos.

El bar Marqués está inspirado en la Lima colonial. Foto: TripAdvisor

Otro de los consejos que brinda Mendoza es que los empresarios realicen un estudio de mercado cuando la inversión del negocio es alta. En caso de los bares y restaurantes temáticos, el gasto esta expresado en la infraestructura del local. Un caso particular es el del restaurante Kilimanjaro, que ha implementado un museo jurásico  con dinosaurios mecánicos, del cual, la administradora Mirella Orejuela, afirma que se ha invertido 500. 000 dólares en su elaboración.

Kilimanjaro es un restaurant temático basado en la era de los dinosaurios. Foto: Kilimanjaro

Renzo León recuerda que para la inauguración del bar, él invitó a todos sus amigos, los cuáles llevaron a otros más, incluso fueron varios extranjeros. Desde ese momento, la gente comenzó a difundir la existencia del local. Esta técnica utilizada por Renzo se llama ‘networking’  afirmó Carlos Mendoza. El especialista explicó que la estrategia de tener una red de contactos es fundamental para este tipo de negocio, porque te permite saber dirigir a que público específico deseas llegar y que ellos sean los portavoces de tu marca.

El ritmo de crecimiento de la ciudad no se detiene y eso lo saben los dueños y administradores de estos establecimientos, que cada día están innovando su propuesta para fidelizar a su público y lograr clientes como Nils Mejía, quien ve a Clandestino Bar como su segunda casa, en donde puede disfrutar de un lugar que expresa como es él y puede compartir esa misma experiencia con los demás.

Texto: Miguel Sánchez/alumno de Comunicación de la Universidad de Piura