El presidente Donald Trump anunció este viernes que ordenó acciones militares de precisión contra el gobierno sirio, en respuesta al supuesto ataque químico en la ciudad de Douma del pasado sábado.
En un mensaje televisado, el mandatario dijo que se trata de "ataques de precisión contra objetivos relacionados con las capacidades de armas químicas del dictador sirio Bashar al Asad".
Trump afirmó que el objetivo de las acciones "es establecer un fuerte elemento de disuasión contra la producción, propagación y uso de armas químicas", pues, en opinión del mandatario esto constituye "un interés vital de seguridad nacional para Estados Unidos".
En Damasco se reportaron explosiones y humo en las proximidades, principalmente en el distrito de Barzeh, mientras la televisión estatal siria aseguró que fuerzas del gobierno estaban confrontando el ataque con defensas antiaéreas.
Funcionarios del gobierno de Estados Unidos confirmaron a periodistas que los ataques estuvieron dirigidos a objetivos múltiples e implicaban misiles de crucero Tomahawk.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que un centro de investigación científica y bases militares en Damasco fueron impactados durante el ataque, entre ellos la Guardia Republicana del Ejército y la Cuarta División, ambas unidades de elite de la fuerza armada de Siria.
Los motivos
La orden dada por Trump responde al supuesto ataque con armas químicas del sábado pasado en la zona de Douma, a las afueras de Damasco, del que acusan al gobierno de Bashar al Asad y que Rusia considera un montaje.
Cuando Trump había anunciado su intención de atacar Siria esta semana, Rusia respondió que derribaría cualquier misil y atacaría las plataformas desde los que fueran lanzados.
El mandatario señaló que Rusia, estrecho aliado del gobierno de Al Asad, "debe decidir si continúa por un camino oscuro o se une a las naciones civilizadas".
Horas antes, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró que su país tenía "pruebas irrefutables" de que el presunto ataque con armas químicas al que EE.UU. prometió responder era un montaje de agentes extranjeros.
Un día antes, el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, advirtió que no se podía descartar la posibilidad de un conflicto armado entre su país y Estados Unidos, si Washington decidía lanzar un ataque contra Siria, como el de este viernes.
El presidente Emmanuel Macron, que el jueves había asegurado que tenía pruebas del ataque químico, sostuvo que el objetivo de las acciones era destruir "arsenales clandestinos de armas químicas" del gobierno sirio.
Mientras, la primera ministra británica, Theresa May, indicó que la decisión "no tenía otras alternativas" y que los ataques fueron limitados y no diseñados para intensificar las tensiones en la región.
El secretario de Defensa de EE.UU., Jim Mattis, por su parte, alertó previamente ante el Congreso que una potencial acción contra Damasco podría desencadenar "una escalada fuera de control" por lo que dijo que una de sus mayores preocupaciones es evitar que esto ocurra.
Un equipo de expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas llegó desde el jueves a Siria para investigar lo sucedido y estaba previsto que comenzarían sus operaciones sobre el terreno el próximo sábado, según informó en un comunicado la agencia con sede en Holanda.
Las armas químicas están prohibidas por las leyes internacionales y en varias ocasiones el gobierno sirio ha sido acusado de utilizarlas en las ciudades tomadas por los rebeldes durante el conflicto interno que lleva más de siete años.
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