“Es vital para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos prevenir y disuadir la proliferación de las armas químicas”: con esta justificación, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, condenó el presunto ataque aéreo del gobierno sirio a la localidad de Khan Sheikhoun, en el mismo país de Siria.

“Usando un agente nervioso mortal, Asad [presidente de Siria] ahogó las vidas de hombres, mujeres y niños indefensos. Fue una muerte lenta y brutal para muchos, incluso para bebés hermosos, en este bárbaro ataque”, dijo Trump en una breve conferencia de prensa.

Ante el hecho, el mandatario estadounidense optó por una reprimenda a Bashar al Assad, en calidad de respuesta, y ordenó el ataque a una base aérea siria, usando más de 50 misiles Tomahawk, a las 04:40 hora local (01:40 GMT), de hoy jueves, en la provincia occidental de Homs, Siria. El ejército de dicho país afirmó que han muerto 6 personas durante la ofensiva.

La OTAN respalda el ataque

Por su parte, el Secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dijo en un comunicado que “el régimen sirio es el responsable absoluto de esta novedad. La OTAN ha condenado el uso continuado de armas químicas por parte de Siria como una clara violación de las normas internacionales. Cualquier uso es inaceptable y no puede quedar sin respuesta”.

Asimismo, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, habló sobre el apoyo de toda la Unión Europea a Donald Trump, a través de Twitter: “Los ataques de Estados Unidos muestran una determinación necesaria contra los bárbaros ataques químicos. La UE trabajará con EE UU para acabar la brutalidad en Siria”.

De otro lado, Dmitry Peskov, vocero del gobierno ruso, ha comunicado que su presidente, Vladimir Putin, califica este ataque como “un intento de distraer al mundo de las muertes civiles provocadas por la intervención militar de EE.UU. en Irak”, y agregó que estos actos generan un “daño significativo” en las relaciones entre EE.UU. y Rusia, según el portal web de la BBC.